LA AVARICIA EN LA HISTORIA DE ESPAÑA. DE JUAN ESLAVA GALÁN.
LA
AVARICIA EN LA HISTORIA DE ESPAÑA
Les
hablo del penúltimo libro leído este verano. Un verano en el que me ha cundido,
para lo que me es habitual con casi tres libros por mes. En este caso les
comento un libro de Juan Eslava Galán, el paisano de
Arjona y que lleva por título La avaricia en la historia de España. Un libro
que recorre los principales casos de corrupción en la historia de España, desde
la primera estafadora piramidal, la prestamista Baldomera Larra en el Madrid
del silgo XIX hasta los de más reciente
actualidad (que nunca serán los últimos, si no los últimos conocidos) y donde
nuestro rey demérito figura también, aunque eso sí, como uno de los amantes más
generosos del planeta (para que luego digan que es tacaño) y si no que se lo
digan a la guapísima y pudorosa Corina, aunque hubiera un juicio en Londres, en
la que la pobre ángel de cabello dorado y ojos azules denunciara que estaba
siendo presionada por nuestro demérito reclamándole éste los 60 millones de euros que le dio para que se los guardase y que ella consideró
que se los regaló (asegurándose, claro está, la firma de unos documentos en los
que rezaba esa donación real y demérita a la criatura celestial). Un libro que
relata la corrupción sistémica en España y a la que el político español
(catalán incluido) no solo no es ajeno sino que es partícipe consustancial. Filesa,
el rey demérito y Corina, Gürtel, los chanchullos estilo Torrente del CNI para
tapar la boca a Bárbara Rey, Dioni. Roldán, Mario Conde, Pujol y otros muchos más que componen un paisaje muy
conocido y sufrido y que, mucho me temo seguirán para dar pie a una segunda,
tercera y cuarta parte de un libro escrito con mucho humor e ironía, pero que
sin miramientos dispara a todos lados, algo que en esta época tan sectaria y de poco
discernimiento, se agradece. Se desprende de esta lectura muchas conclusiones. Una que el estado
siempre tira con pólvora del rey a costa claro está de sus sufridos
contribuyentes. Otra conclusión es que dos pecados muy hispanos el orgullo y
la avaricia quedan muy bien sintetizados en el refrán: “A mí que no me
den, pero que me pongan donde haya”. Enternecedor también en el siglo XIX
cuando los catalanes y vascos hacían fortuna en las colonias españolas sobre
todo en Cuba (entonces era ellos muy españolistas, luego después de perder las
colonias, ya empezaron a sentir la patria catalana), y eran tan bien conocidos
en la cuba que allí cantaban algo así como esto: “Estaba el negro en el fondo
del valle, ocupado en su afán, yo quisiera ser blanco aunque fuera catalán”.
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