Inicio del curso escolar: un poema de Gabriel Celaya como brújula
Comienza un nuevo curso académico y no se me ocurre mejor manera que inaugurarlo con un poema de Gabriel Celaya, que comparto con vosotros a modo de brújula:
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada
Empieza el curso con oscuros nubarrones sobre el horizonte en forma de recortes presupuestarios (reducción de profesorado, de becas, intento de cobrar a las familias por el hecho de que sus hijos utilicen el comedor escolar, etc.) y continuos nuevos frentes abiertos, que se suman a los anteriores, como el de la conveniencia o no de que el Estado pueda subvencionar a colegios que sólo admiten a niños o a niñas o el debate sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Todo esto, no debe desviar la atención (aunque lo pretendan) de lo más importante ( y que los docentes tenemos muy claro): nuestros hijos, nuestros alumnos y su futuro, que será el nuestro también, está en la EDUCACIÓN. Para ello, el sol que siempre ha de brillar por encima de cuantos oscuros nubarrones cubran el cielo es la ilusión y las ganas de hacerlo lo mejor que se pueda. Cada uno desde la parte que le toque. Eso, afortunadamente, debe de estar claro y fuera de cualquier debate.
Gabriel Celaya: Hernani (Guipúzcoa), 1911- Madrid 1991. Poeta de la generación de la posguerra y considerado como un abanderado de la poesía "comprometida" y poesía social.
En 1956 recibe el premio de la Crítica por su libro "De claro en claro"
Recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas en 1986 por el Ministerio de Cultura y publica su novela " El mundo abierto"
Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta[ |
PD: NÓTESE COMO LA ÚLTIMA ESTROFA TIENE FORMA DE BARCO, UN PEQUEÑO GUIÑO DEL POETA AL LECTOR.
Reciban un cordial saludo.
Como complemento a este poema de Gabriel Celaya te recomiendo la canción de Pedro Guerra "La maestra", dedicada a los maestros republicanos, que creo que es útil como referencia de una buena vocación y trabajo del pedagogo http://www.youtube.com/watch?v=Ugj4q0aq1k8
ResponderEliminarMuchas gracias por tu sugerencia. Desconcía esa canción y me ha gustado mucho. Me ha llamado también la atención las ilustraciones del mismo cantautor.
ResponderEliminarUn saludo.
Estoy de acuerdo contigo, por cierto no conocía el poema y me ha encantado. La vocación que tenemos de enseñar, por lo menos hablo por mí, nos hace olvidar todo lo que está pasando, recortes, menos plantilla y más horas, .... en lugar de enfadarnos y cruzar los brazos, ahí estamos todas las mañanas en el Instituto preparando el material para el nuevo curso pensando, una vez más solo en el bien de nuestros alumnos y en su futuro.
ResponderEliminarEl poema es una preciosidad. Nuestra profesión es puramente vocacional (como la sanitaria) mientras eso se mantenga, por muchos inconvenientes que haya, seguiremos funcionando pero si falla, da igual que haya o no haya dificultades, todo será mucho más difícil.
ResponderEliminarEstá muy bien traída esta metáfora pues precisamente educar viene etimológicamente del latín ex-ducere que significa guiar o conducir. A los timoneles que con mano sabia intentar guiar sus naves cada día les diría que no pierdan de vista eso que decía el famoso Horacio (los romanos eran muy listos) hay que "docere delectando" que se podría traducir como enseñar con agrado y de manera divertida (aunque yo nunca encontré el lado divertido de las raíces cuadradas...). Y como curiosidad si un profesor latino entrara el primer día de clase a su aula así saludaría a sus alumnos: SALVETE, PUELLAE PUERIQUE, HOLA, NIÑAS Y NIÑOS. Por si alguno se atreve a usarlo, jajajaja.
ResponderEliminarTendría primero que dominar el latín para atreverme a presentarme de ese modo, pero tomo nota. Igual que hay un plan de bilingüismo, podría establcerse otro para el latín.
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