RETÓRICA DE ARISTÓTELES
RETÓRICA
DE ARISTÓTELES
Este libro, al módico precio de
3 trompos, me lo compré en la última feria del libro, en el mes de mayo en uno
de los dos tenderetes de madera alargados y enfrentados en una bonita plaza de mi pueblo y que ahora he
terminado de leerlo. Años atrás leí otro
tratado de Aristóteles sobre la amistad (Ética a Nicómaco) que me
encantó y que fue lo que me animó a leer este. Aristóteles acerca de la amistad
decía de modo poético los siguiente:
"Sin amistad nadie querría
vivir" "La amistad es un alma que habita en dos cuerpos y un corazón
que habita en dos almas" "El amigo es otro yo".
Si quieren leer un resumen
sencillito de lo que pensaba Aristóteles sobre la amistad pueden leer en el
siguiente enlace:
Sobre este libro de retórica en
cuestión escrito en el siglo IV a.C, que
parece una colección de apuntes dictados a sus alumnos en Atenas uno se sorprende
por muchas cosas. Una de ellas es la precisión con la que Aristóteles describe
la naturaleza humana, sus pasiones, sus deseos, sus motivaciones, la ira, el
odio, el amor, la riqueza, la envidia, la compasión, etc. Cómo se piensa y actúa en la juventud, en la vejez y en la
edad madura y el por qué.
Sobre la riqueza, Aristóteles clasifica a los ricos en dos grupos y lo hace con tal precisión que es una
descripción hoy día totalmente vigente. Según Aristóteles los ricos antiguos
están acostumbrados a lo que conlleva el tener dinero y poder pero los nuevos ricos no, no están educados
en la riqueza y por eso sufren de mayores deseos y ansias por poseer y
ostentar. Además los ricos antiguos son
mejor tolerados que los nuevos ricos ¿Por qué? según Aristóteles por que lo
antiguo nos parece como más próximo a lo
que es por naturaleza, forzosamente se sentirá más indignación contra los que,
teniendo un mismo bien, lo tienen desde hace menos tiempo y disfrutan por ello
de ventura: por eso los nuevos ricos
molestan más que los que lo son de antiguo y por familia"..."La
causa es que que los unos (los de tradición) parecen tener sus bienes
legítimamente, mientras que los otros no, porque es manifiesto que se posee de
una misma manera desde siempre, parece que es verdad, de modo que los otros es como
si no poseyesen legítimamente sus propios bienes.
Por otro parte, "Los caracteres de los nuevos ricos se
diferencian empero de los que lo son de antiguo en cuanto que los nuevos ricos
tienen todos los vicios en mayor grado y con mayores defectos (pues ser nuevo rico es como una ausencia de
educación sobre la riqueza). Y en lo concerniente a las injusticias, no
comenten las propias de la maldad, sino las que corresponden a la soberbia y a
la ausencia de control sobre uno mismo"
Cuando se habla de la Justicia y de cómo
afecta a esta a los que tienen poder o influencias uno se queda sobrecogido por
que eso mismo que decía Aistotéles hace 2400 años es completamente cierto y
vigente en los tiempos actuales.
"Los hombres llevan a cabo
la injusticia cuando piensan que es posible poner en práctica una determinada
acción, y posible para ellos mismos, ya porque consideren que después de
realizarla han de quedar ocultos, ya porque, sin quedar ocultos, estimen que no
sufrirán proceso o que, en caso de sufrirlo, la pena será, para ellos o para
quienes son objeto de su interés, menor que la ganancia"... ".. Pero,
por su parte quienes sobre todo piensan que pueden cometer injusticia
impunemente... si disponen de amigos servidores o cómplices. Y del mismo modo,
si son amigos de aquellos contra quienes han cometido la injusticia o de los
jueces: en el primer caso, los amigos están desprevenidos contra la injusticia y antes de proceder, se
avienen a una conciliación; y, en el segundo, los jueces son favorables con
aquellos que son sus amigos, y, o les imponen pequeñas penas o los dejan en
completa libertad"
Díganme si esto no sucede hoy
día, tras ver cualquier noticiario o leer cualquier periódico...
Aristóteles describe con gran precisión la
condición humana que por muchas nuevas tecnologías, avances y progresos sigue siendo la misma que teníamos en la edad
de piedra. Cuando define el carácter de las personas jóvenes, de edad madura y
ancianas es también de libro, aunque haya algún dato extravagante como que la
edad madura para el cuerpo son los treinta años y para el alma los cuarenta y
nueve. Interesante cuando a su juicio disecciona las partes de la virtud:
justicia, valentía, moderación, magnificiencia, liberalidad, calma, sensatez y
sabiduría. Ahora que proliferan tantos expertos en inteligencia emocional,
coaching y demás, sería bueno leer con calma en qué consisten estos componentes
de la virtud aristotélica e ir trabajándolos.
Cuando habla de los placeres dice que muchos proceden de la imaginación y el recuerdo:
"También de la mayoría de
los deseos se sigue un cierto placer, ya que, o acordándose de cómo sucedió, o
esperando que suceda se disfruta de algún placer: así disfrutan, por ejemplo,
los que sedientos por la fiebre, recuerdan que bebieron y esperan beber y así
disfrutan, igualmente los enamorados, hablando y escribiendo y haciendo siempre
cosas que se refieren a su amado, pues consideran como que lo sienten si lo
recuerdan"...
Y también con respecto a los
placeres es grato al humano hacer lo acostumbrado, pero también causa placer
cambiar, pues es conforme el cambio con el sentido de la naturaleza: "Dulce es el cambio de todas las
cosas".
Igualmente entre las cosas placenteras se encuentra el
amigo, pues es un placer amar ( y no hay amante del vino que no disfrute con el
vino), como es un placer ser amado, porque además en este caso, se forma la
imagen de que uno en sí mismo es un bien.
Interesante la diferencia que
señala entre odio e ira: La ira se cura
con el tiempo, pero el odio no tiene cura.
Y cuando habla de la compasión,
relacionándola con el miedo. Sentimos compasión cuando pensamos que esa
desgracia que le ocurre al otro podría sucedernos a nosotros.
Pero por qué es importante la
retórica: Aristóteles lo deja muy claro. De igual modo que veríamos absurdo que
alguien no se valiese de su cuerpo para conseguir sus metas y sus propósitos,
más absurdo aún que no supiéramos emplear la lengua para exponer nuestros
argumentos, defenderlos y subrayar las faltas de los contrarios, pero siempre
con un sentido ético. No usar la palabra para manipular y engañar sino para
defender ideas en buena lid. Algo que decía para criticar a los sofistas de la época y que nosotros podemos decir de mucho de nuestros políticos, expertos en palabrería pomposa, sonora, hueca, vacía y a menudo falsa...
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