UN POEMA
De
la luz, la oscuridad y otros opuestos
I
De la luz nacen
las sombras,
y los cuerpos y sus
formas.
las cosas reflejo de
su resultado
De no existir,
infinito vacío frustrado.
Hasta la fría
oscuridad maldita
la noche, su
aliada, torna al cuerpo
cansado
Y cruel, de
miedo la cabeza nos agita
atenazando con
argollas al espíritu fustigado.
La noche convoca
espectros ante nuestras almas
enturbia el pensamiento
de cerrazón y maraña
Manto de la noche de plomo
que engaña
Maldita oscuridad, madre de fantasmas.
Angustia, hija de la noche, cobarde desvanece
sólo cuando el día
aparece
huye para
amedrentar otra noche,
la siguiente.
La luz deshace pesadillas de la mente
aunque no sé si más
que la luz es su claridad
quién puede
desarmar la oscuridad.
Apartar la noche y su embrujo de adormidera
no es la luz sino la claridad quien nos libera
II
La luz engendra sombras,
dibuja todo y su
reverso
a los cuerpos y a las formas
testigo de lo bueno
y lo perverso.
Todo existe gracias al
opuesto
sin el temblor
del odio áspero
no se reconocería al
amor apuesto.
Ilusión crecida en
las fauces del desespero.
Lo presente por lo olvidado,
y lo sufrido por lo amado.
Lo uno insufla vida
a su contrario.
Sólo huid del pozo
oscuro y agrio
donde no brota agua ni
esperanza
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