EL CEREBRO Y LAS EMOCIONES

 

EL CEREBRO Y LAS EMOCIONES

Sentir, pensar y decidir.

Este  libro  lo compré un domingo de abril durante un paseo dominical junto con mis padres. Nos detuvimos, no sé por qué causa, y mi  vista se posó en el título del libro que les comento. Me llamó la atención porque hacía poco  había participado en una formación para docentes en la que trabajamos sobre las emociones y los sentimientos como paso previo para el correcto abordaje y manejo de los conflictos. Esto despertó en mí el deseo por su lectura para ampliar y profundizar conocimientos. Una vez comprado el libro tuvo que esperar pacientemente su turno  y tras una pequeña pila de libros  en lista de espera sobre mi mesita de noche y algún otro que, aún llegando después, se le adelantó como dice el sabio proverbio <<Todo llega>>, al final le llegó su momento de lectura.

 El libro está escrito en un lenguaje que se entiende fácilmente y no por ello  deja de  tener rigor y precisión científica, pero está claro que los autores (Tiziana Coutrufo y Jesús Mariano Ureña bares) han primado la divulgación y comprensión científica de los conceptos fundamentales más allá de los excesivos rigores academicistas, pero insisto aunque sea un texto para gente no muy iniciada en estas lides no por ello dejar de perder credibilidad y fundamento.

Es un libro de divulgación científica centrado en la Neurociencia. El libro empieza haciendo una defensa de las emociones y para ello recurre al mismísimo  Charles Darwin que  las estudió en su libro: La expresión de las emociones en el hombre y los animales partiendo, con acierto, de la premisa de que si las emociones habían evolucionado con el ser humano es porque estas resultan adaptativas y por tanto favorecen la supervivencia del individuo.

Esta concepción moderna de las emociones como mecanismos que nos ayudan para la supervivencia rompía con el mito griego que aún hoy perdura en nosotros de la dualidad: Razón versus Emoción. Esto responde a la creencia (falsa) de que razón y emoción son dos ámbitos completamente opuestos. Algo que la neurociencia ha desmontado como apuntó Antonio Damasio en su libro “El error de Descartes”. (Si quieren tener una idea de este fabuloso libro, por favor, visiten esta entrada en este mismo blog):

http://cogitoergosum-juanmachica.blogspot.com/2017/07/el-error-de-descartes-resena.html

 

Para Platón el alma humana se representaba por dos caballos (el del deseo y la voluntad) tirados por un auriga que es el alma (la parte racional). Según controlemos nuestros deseos y fortalezcamos  nuestra voluntad podremos controlar nuestras emociones e impulsos. Quizá por esto Platón decía que el fin de la educación es el enseñar a tener buenos deseos, o también como decían los epicúreos eliminando los deseos seremos más felices. Sin deseo no hay sufrimiento.

Hoy día está demostrado que las emociones tienen una función adaptativa. Ayudan al individuo a responder a los estímulos del exterior. De hecho, desde el punto de vista etimológico Emoción deriva del latín moveo (mover) con el añadido del prefijo e (desde).

Dentro del campo de las emociones han sido numerosos los estudios. Se han comprobado que hay emociones universales reconocidas en todas la culturas del planeta y que estas se dividen en emociones primarias y secundarias.

Las emociones universales son alegría, asco, tristeza, ira, sorpresa, miedo. Hay que decir que según los autores están pueden variar, pero esto es lo más aceptado. Hay más emociones negativas que positivas, tal vez por que nuestro cerebro con muchos miles de años de evolución en condiciones duras  se haya acostumbrado más al palo que a la zanahoria.




Pero qué es una emoción. Desde un punto de vista biológico una emoción es un cambio fisiológico, cognitivo, subjetivo y motor que nace de la valoración consciente o inconsciente de un estímulo.

Las emociones están muy relacionadas con el aprendizaje. Las dos emociones a evitar para poder conseguir el aprendizaje son: Una el miedo. El miedo Puede en un principio potenciarlo (La letra con sangre entra) pero después se vuelve totalmente perjudicial y dos el asco. En el polo opuesto, emociones que ayudan al aprendizaje son la alegría, la sorpresa y la seguridad.

Las emociones primarias son las que producen respuesta rápida y automática. Innata. Las emociones secundarias son automáticas e inconscientes, pero no son innatas como por ejemplo la vergüenza, culpa, envidia, etc. Dependen también del contexto. Por ejemplo en la cultura inuit (los esquimales) la ira en adultos está muy mal vista. Se considera un comportamiento infantil y por ese motivo los adultos rara vez expresan esta emoción. Las emociones primarias son mucho más rápidas, puesto que un estímulo es el desencadenante en cambio, en las secundarias son mucho más persistentes porque dependen de un contexto, un proceso de aprendizaje, una cultura y  en ese sentido quizá venga bien recordar lo que decía William James: no lloras porque estás triste, estas triste porque lloras.

Todas las emociones generan sentimientos, pero no todos los sentimientos nacen de las emociones. El sentimiento es la emoción consciente. Esta afirmación es muy importante. Cuando a la emoción le añadimos pensamiento consciente nace el sentimiento. El cerebro parafraseando a José Antonio Marina hace continuamente un balance de las emociones.

 

Con respecto a las teorías de las emociones hay tres:



1.   Teoría de William James

Si nos encontramos con un oso en un bosque, la secuencia temporal de nuestras reacciones no es la que creemos que es (nos asustamos y entonces corremos), sino justamente la contraria. Tras ver al oso, nos ponemos a correr para huir, y es la experiencia de los cambios corporales resultado de esta acción (el latido acelerado del corazón, el incremento de la frecuencia respiratoria, sudoración, etc) lo que constituye la emoción del miedo. Dicho de otra forma: no es el oso el que provoca el miedo, sino la carrera. Entre el estímulo y las emociones estarían las manifestaciones corporales.

2.   Teoría de Cannon-Bard

La teoría de William James tenía algunos puntos inconsistentes. Por ejemplo, animales a los que se les seccionó el nervio vago que conecta el cerebro con diversos órganos internos seguían expresando emociones por tanto la expresión de las emociones no depende de la percepción de cambios corporales. Además el sistema nervioso autónomo es demasiado lento (o no es tan rápido) y poco específico para la variedad de emociones existentes. Pensemos en que podemos sentir un agujero en el estómago si estamos tristes o enamorados. Y la reacción en sentido contrario tampoco se produce  es decir, los cambios corporales por sí solos no provocan emociones.  Si se inyecta adrenalina (una hormona que provoca cambios para adaptarse a luchar o huir, aumento de frecuencia cardiaca, respiración, contracción muscular, etc. no produce ninguna reacción emocional, en cambio si a los sujetos se les pide que piensen en alguna situación con carga emocional grande esta hormona ya si dispara la respuesta. Por tanto, Cannon –Berg propone que es la corteza cerebral quien regula las emociones. Que el tálamo se encargaría de dar color e intensidad a estas emociones y el hipotálamo de  las respuestas físicas a los estímulos (sudoración, latidos cardíacos, frecuencia respiratoria, etc).

La tercera teoría  de Schactter-Singer introdujo un elemento nuevo <<La evaluación o appraisal>> como el primer paso en la elaboración de las emociones. Mediante la evaluación se identifica el estímulo y su significado, según hagamos la evaluación cognitiva del estímulo responderemos de una forma u otra. Esto explica por qué unas personas sientan miedo ante estímulos por el que otras personas no lo experimentan o no lo sufren tanto.

Esta teoría con la introducción del concepto de evaluación ha sido complementada y mejorada por la hipótesis del marcador somático de Antonio Damasio publicada en su lbiro “El error de Descartes”

Las emociones tienen mucho que ver en la toma de decisiones ya sea conscientemente o inconscientemente. Antonio Damasio propone que las emociones nos ayudan mucho a tomar decisiones. Lo que nosotros llamamos intuición o corazonada no es más que la gran influencia y peso que tiene las emociones en la toma de decisiones. Un ejemplo: Un jugador experto de ajedrez puede y debe tomar decisiones en un tiempo limitado y analizar muchas variantes algo imposible, para ello debe filtrar y tener en cuenta solo una minúscula parte de posibilidades. Tiene intuiciones y estas intuiciones son indicadas por las emociones que le hacen indicaciones somáticas. Las corazonadas.  Las emociones dejan registros en el cuerpo y a partir de ahí tomamos decisiones. Evidentemente esto se basa con un gran bagaje previo de experiencias, ensayo y error y horas y horas de entrenamiento. A veces el marcador somático falla. Por ejemplo gente que ha tenido una mala experiencia en un vuelo y desde entonces se niega a viajar en avión a pesar de ser el medio más seguro. En este caso la emoción se aleja de la razón. Una explicación de esto es que nuestro cerebro tiene dificultades para captar las estadísticas y las probabilidades y también porque aquella experiencia negativa ha marcado mucho y es muy difícil sustraerse a ella. Cosa parecida sucedería con quien tiene la mala fortuna de echar una moneda a una tragaperras y conseguir un gran premio, este hecho puede llevarle al error de que puede ganar mucho dinero y fácil cuando lo que hace es ir derecho a la ruina.

Otro apartado interesante del libro es dedicado al amor. Nos explica lo que aporta la neurociencia al conocimiento del amor. En este punto, me permito recordarles otro enlace a este mismo blog en el que se aborda la cuestión a través de la experta Hellen Fisher.

http://cogitoergosum-juanmachica.blogspot.com/2013/07/biologia-del-amor.html

 

Como anécdota, mañana 17 de julio es el día de los emoticonos o emojis. El complejo mundo de las emociones y la importancia de conocerlas para comprenderlas y usarlas en nuestro beneficio resumido en un día y en unos emoticonos para usarlos por el sistema de mensajeria más utilizado en el mundo. Parece que estamos recorriendo el camino inverso a lo que tanto ha costado con la evolución del cerebro...

FICHA TÉCNICA

TÍTULO: EL CEREBRO Y LAS EMOCIONES

SUBTÍTULO: SENTIR, PENSAR, DECIDIR.

AUTORES: TIZIANA COTRUFO Y JESÚS MARIANO UREÑA BARES.

PRECIO: 9,90€

AÑO DE PUBLICACIÓN 2018

REALIZACIÓN EDITORIAL: BONALETRA ALCOMPAS, S.

ISBN: 978-84-17177-54-9

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