UN POEMA PARA EL CONCURSO ZENDA




PALACIOS DE CRISTAL

Efervescentes  ojos de mirada apacible
 de  pupilas grandes como soles
oscuras como las noches
 lunas  de deseo incontenible.
Amor decías tú
amor repetía yo.
 Estrechaste  mis manos como  valioso botín
con  ese amor de besos de carmín
ese que levanta  palacios de cristal
con bosque sin otoño ni principio ni final.
  Y me descalcé  dejándome  llevar
 Adentrándonos  adónde tú querías llegar.
 Acomodé mi boca a tu boca.
Mi cuerpo a tu cuerpo
Tu deseo a mi vacío.
Y callé lo que  sabía
de caminar  sobre   trozos de cristal.
Tapándome  para no ver la crueldad   
de aquel  palacio   irreal.
Descalzo entre   lágrimas de sangre y eternidad
en  bosques sin otoño ni principio ni final
condenado a recordar lo mucho que  amé  de verdad.





Comentarios

Entradas populares de este blog

LA AMISTAD SEGÚN SÓCRATES

Inicio del curso escolar: un poema de Gabriel Celaya como brújula

ILUSIONES ÓPTICAS Y COGNITIVAS. NUESTRO CEREBRO NOS ENGAÑA