LA CONQUISTA DE AMÉRICA CONTADA PARA ESCÉPTICOS

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA


LA CONQUISTA DE AMÉRICA CONTADA PARA ESCÉPTICOS

  Tenía echado el ojo al libro y después de acabar “La segunda guerra mundial contada para escépticos” también del mismo autor  no pude resistirme y más siendo  época estival. Ha sido un placer su lectura.   Leer a Eslava Galán es  más que una delicia y cuando habla de historia se aprende y  disfruta (mucho de ambas cosas). Es asombrosa la capacidad del autor para  desgranar  asuntos históricos con fluidez a pesar de la complejidad que encierra. Narrando con mucho rigor, pero  ameno y documentado. Lleva el hilo narrativo-histórico con maestría y  un toque irónico/ ácido/ humorístico para nada exento de espíritu crítico y reflexivo.
Eslava Galán tendrá las ideas que tenga, pero no se casa con nadie. Me atrevería de decir de él (que me corrija  si me equivoco) que, a diferencia de  muchos prebostes de la sociedad y otros personajes  que (bajo la apariencia de ser personas de ideas), en realidad tienen la cabeza vacía.  No tienen ideología porque es la ideología (sea la que sea)  quien los posee a ellos. Con Eslava Galán uno aprende a ver las cosas equidistantes sopesando lo malo y lo bueno, las ventajas y las desventajas, los porqués, los para qué y  los cómo, de todas las cuestiones. Tomando distancia de las cosas que es cómo mejor se comprenden las cosas.  Por tanto, muy oportuno leer la historia sobre la conquista de América que escribe el autor para aprender y entender.
De película la vida de muchos descubridores y conquistadores empezando por Colón, Hernán Cortés, Pizarro y otros quizás no tan conocidos, pero igualmente valerosos como Juan Díaz de Solís, Alvarado, Núñez de Balboa, Pedro de Valdivia, Alejo, López Aguirre (El loco Aguirre) y muchos más.  Cruzaron de Oeste a Ese, desde el Perú por el Amazonas, hasta el Atlántico, atravesaron los Andes para ir a Chile y regresaron por el desierto de Atacama y desde Colonia (en el Río de la Plata) hasta Perú y otras muchas más proezas.




Una idea muy acertada del conquistador español que como señalaba Bernal Díaz: Todo lo trascendíamos, todo lo queríamos saber nos la describe el escritor austriaco Stefan Zwieg:
…la inexplicable mezcla que existe en el carácter y naturaleza de estos conquistadores españoles. Devotos y creyentes como ningunos, invocan a Dios Nuestro Señor desde lo más profundo de su alma, pero cometen atrocidades. Obran a impulsos del más sublime y heroico valor, demuestran el más alto espíritu y capacidad de sacrificio, y al punto se traicionan y combaten entre ellos del modo más vergonzoso, conservando a pesar de todo, en medio de sus vilezas, un acentuado sentido del honor y una admirable conciencia de loa grandiosidad de su misión.”
Se dice en América que la conquista la hicieron los indios y la Independencia los españoles.
Esta aparente paradoja quiere explicar que la hazaña de Hernán Cortés (y más tarde Pizarro y otros) para conquistar aquellas tierras nunca se podría haber realizado si no hubieran colaborado las tribus indias oprimidas por el imperio Mexica. Cortés con apenas 500 hombres pudo sojuzgar al poderoso Moctezuma, pero eran tantas las ganas que tenían de quitarse el yugo de Moctezuma, las tribus indias  que no dudaron en aliarse con los barbudos españoles (como así nos llamaban) y Cortés con astucia y diplomacia supo aprovecharlo. Cierto es que este factor no fue el único. Las enfermedades como la viruela, el sarampión la gripe,  diezmaron la población indígena, la pólvora y la espada y el ser tropas muy fogueadas en la reconquista contra los Moros y en la lucha en Italia para el rey Fernando también jugaron  su papel decisivo, junto a la creencia inicial por parte de los indios de que los españoles eran enviados de los dioses.
 Antonio de Nebrija dijo a  Isabela Católica, con mucha sagacidad algo así como “Más hace la lengua que la espada para mantener un imperio” Porque ese es precisamente el gran legado común que compartimos España y América. Una lengua hermosa que permite hermanar dos continentes y cientos de millones de personas a ambos lados del Atlántico. Por cierto, una lengua que en no pocas ocasiones hablan mejor en América que aquí en España.
La leyenda negra
 La conquista de América por los españoles es un tema apasionante aunque, desgraciadamente, España haya permitido por dejadez, complejo de inferioridad, desconocimiento y  exceso de autocrítica (incluso  dentro de nuestras propias filas, como la del  Padre Bartolomé de las Casas)  que sobre la conquista se construyera una leyenda negra. En la creencia de una idea perversa acerca de  España en América, tan injusta por generalista y sesgada.  Primero la leyenda negra aventada por los Ingleses que nos describieron por diablos que arrasamos allí (ojito a quién habla): los ingleses,  que en Tasmania, mataron hasta el último Tasmano y hasta un distinguido miembro de la Real Society se ufanó de haberse hecho forrar su maletín con la piel del último tasmano muerto), por no contar el detalle significativo de cómo y cuántos indios quedaron en EEUU a diferencia de Centroamérica y Suramérica. Indios con los que los españoles desde México hicieron tratos sin mayores problemas. Dictando leyes sin ningún pudor (ya, en el siglo XIX) para que los indios hicieran el petate y se marcharán de sus territorios a zonas del oeste.   Luego, el más reciente movimiento indigenista (revisionista y sesgado), promovido, paradójicamente no por los descendientes indígenas, sino por los descendientes de los criollos. Descendientes mestizos que fueron quienes machacaron a los indios (por quienes decían luchaban) aún con más saña que los propios conquistadores). En definitiva, un movimiento indigenista que  viene a decir que  todo lo que hicieron los españoles en América   fue masacrar a sus gentes. Algo tan injusto como desgraciadamente arraigado en el sentir común y por ese motivo conviene leer para desmontar estas teorías.
Es bueno recordar que la Reina Isabel La Católico propició las conocidas como “Leyes de Indias” que venían a considerar a los indios como súbditos de pleno derecho de la Corona.
 Vale no seamos ingenuos. Cierto que esto no evitó la explotación de los indios en las encomiendas. Ni que la conquista fuera cruel. Pero qué conquista no lo ha sido. En cambio, los Españoles conquistadores aunque dijeran sobre las Leyes de Indias: “Se acata, pero no se cumple” no eran más que hombres de su tiempo y aún así fueron mucho más humanos que ingleses, holandeses, alemanes y belgas (y hasta siglos después), por citar. Y si no que le pregunten al antiguo Congo Belga, las atrocidades perpetradas por el “filantrópico” rey Leopoldo II de Bélgica, que ordenó cortar manos y pies de aquellos negros que no recogieran las cuotas de caucho establecidas. Por cierto, los españoles cuarenta años después ya fundaron la primera universidad en América Latina. Si los congoleños tuvieran que esperar a que los belgas levantaran la primera suya…
Traigo aquí unas palabras de  José Antonio del Busto  historiador peruano que pronunció con motivo de la retirada de la estatua de Pizarro en Lima: “No somos ni vencedores ni vencidos somos los descendientes de los vencedores y de los vencidos”.
Una idea de mucha actualidad ahora  que con el asesinato de un negro (George Lloyd) en EEUU se derriban por América  bajo el movimiento “Black lives Matter” (Las vidas de los negros también importan) estatuas de Colón y otros personajes relacionados con el descubrimiento del nuevo mundo con motivo de un revisionismo histórico tan histérico como desacertado: “Podrán retirar las estatuas de esos personajes, pero no de la historia”.
De este revisionismo indígena es oportuno señalar que cuando los países americanos lograron la independencia (promovida por los criollos, hijos mestizos de los españoles) estos mismos criollos se encargaron de exterminar a los indios y que, muchos de los defensores de la causa indígena hoy día no son descendientes de indios si no de la acomodada clase criolla que los explotó y trató de exterminar.
Una paradoja.
Recordemos unas palabras de Simón Bolívar (El libertador tan cacareado por Chávez y Maduro):
No somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por nacimiento y europeos por derecho, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la posición de los invasores…
El exterminio del indio por los nuevos gobiernos criollos comenzó apenas expulsados los españoles.
Las operaciones contra los indios se conocen como Conquista del Desierto y de la Tierra de Fuego, entre 1878 y 1885. Cuando los indios escasearon y por lo tanto no compensaba emplear contra ellos a grandes contingentes de tropas, se confió la caza de los que quedaban a profesionales como el famoso rumano-argentino Julio Popper, que cobraba una libra esterlina por cada indio selknam muerto y documentaba fotográficamente sus cacerías como si se tratara de safaris.
Así que, por tanto, cojamos con pinzas estas palabras de Eduardo Galeano con motivo del quinto centenario:
No hay nada que celebrar. A partir del descubrimiento, las venas abiertas de América Latina comenzaron a chorrear sangre y plata, sangre y esmeraldas, sangre y azúcar, para alimentar el capitalismo europeo. Ellos se enriquecieron empobreciéndonos. No cambiamos oro por espejitos, como dice la historia escrita por ellos. Resistimos. Nuestros indígenas resistieron. Pero la superioridad militar y el contagio de la viruela inclinó la balanza a su favor”.
Podríamos confrontarlas con estas otras palabras de otro sudamericano, del Perú, Mario Vargas Llosa en su discurso dl premio Nobel en 2010
La conquista de América fue cruel y violenta, como todas las conquistas, desde luego, y debemos criticarla, pero sin olvidar, al hacerlo, que quienes cometieron aquellos despojos y crímenes fueron, en gran número, nuestros bisabuelos y tatarabuelos, los españoles que fueron a América y allí se acriollaron, no los que se quedaron en su tierra. Aquellas críticas, para ser justas, deben ser una autocrítica. Porque, al independizarnos de España, hace doscientos años, quienes asumieron el poder en las antiguas colonias, en vez de redimir al indio y hacerle justicia por los antiguos agravios, siguieron explotándolo con tanta codicia y ferocidad como los conquistadores, y, en algunos países, diezmándolo y exterminándolo. Digámoslo con toda claridad: desde hace dos siglos la emancipación de los indígenas es una responsabilidad exclusivamente nuestra y la hemos incumplido. Ella sigue siendo una asignatura pendiente en toda América Latina. No hay una sola excepción a este oprobio y vergüenza…”


FICHA TÉCNICA:
TÍTULO: LA CONQUISTA DE AMÉRICA CONTADA PARA ESCÉPTICOS.
AUTOR: JUAN ESLAVA GALÁN.
GÉNERO: HISTORIA
EDITORIAL: PLANETA.
PRIMERA EDICIÓN: MAYO, 2019
SEXTA EDICIÓN: SEPTIEMBRE, 2019
PÁGINAS: 655
PRECIO: 21€
ISBN: 978-84-08-20931-7

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