EFECTO MATEO
EL EFECTO MATEO
Hace ya
algún tiempo que oí hablar del llamado Efecto Mateo. En el evangelio de San
Mateo, en la parábola de los talentos, aparece una frase (tan inquietante como
perturbadora que diría nuestro presidente P. Sánchez hablando de reyes, méritos
y deméritos), que dice así:
“Al que tiene se le dará y tendrá de sobra; pero
al que no tiene, aún lo que tiene se le
quitará”
Esta
frase también se repite en los evangelios de San Lucas.
Esta sentencia sería la enseñanza de la parábola de los talentos. Parábola que cuesta
ser entendida por muchos y que se repite, cambiando el contexto, en muchas
situaciones. Por cierto, San Mateo era recaudador de impuestos.
Si uno
se para a reflexionar sobre este llamado “Efecto
Mateo” se ve que es cierto. Podrá gustar más o menos, pero no deja de ser
verdad. En épocas de crisis, la gente pobre se hace aún más y la gente rica se
vuelve aún más acrecentándose las diferencias entre unos y otros. Un ejemplo de
este llamado “Efecto Mateo”, pero no sólo en cuestiones económicas se cumple
esto. También en reconocimiento y prestigio se produce. Precisamente, un
sociólogo Robert K. Merton fue quién
acuñó por primera vez este término del
Efecto Mateo en una publicación en la revista Science en 1968 para señalar el hecho de que los trabajos y
publicaciones de científicos de prestigio tenían más probabilidades de ser
considerados y apreciados que trabajos de otros científicos (más aún si son
mujeres) no tan conocidos, pero igualmente valiosos. Esto no se da solo en Ciencia también en otros campos como el Arte,
la Música o la Literatura.
Otro
terreno de aplicación del Efecto Mateo es la Educación. Por ejemplo, en la
capacidad de leer. Los niños que poseen una buena capacidad lectora leen más
que aquellos que no la tienen que leen menos y esto les dará una ventaja que
irá aumentando durante su escolarización y podría decirse que de por vida. Cuanto más y
mejor lee uno, más inferencias podrá hacer de lo que está leyendo y aprenderá
más. Por el contrario, el que no lee tanto, aquello que lee le aporta menos cosas. Precisamente esta
ignorancia provoca a veces un sesgo cognitivo de falso conocimiento. Al no
saber que no se sabe el ignorante puede tener la falsa creencia de que sabe más
que otros que son más prudentes por tener una noción más clara de todo aquello
que no conocen, precisamente por saber más cosas. En definitiva, que la
ignorancia es muy atrevida y la sabiduría prudente. El Efecto Mateo está relacionado
con el refrán “Dinero llama al dinero” y si nos paramos a pensar si cambiamos
el sustantivo dinero por cualquier otro la sentencia se seguiría cumpliendo
también.
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