SAPIENS. DE ANIMALES A DIOSES.

SAPIENS. DE ANIMALES A DIOSES

Breve historia de la humanidad.

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

Este libro de Yuval Noah Harari ha sido un éxito de ventas mundial y muy merecidamente. Es fantástico. Lo he leído dos veces, la primera el verano pasado y ahora en otoño. Las reseñas de los libros no pocas veces son elogiosas en exceso, pero en este caso se ciñen a la verdad. Calificarla como Pablo Jáuregui de monumental, brillante, provocadora, como el mismo Obama de interesante y que te enseña a no dar nada por sentado o lo que dice Antonio Muñoz Molina "Un repaso absorbente de la peripecia humana escrito con rigor e irreverencia ilustrada" da una idea bastante aproximada de lo que uno puede encontrarse al leer este libro. A lo largo de sus casi 500 páginas el escritor desborda al lector por sus grandes conocimientos, sus ideas brillantes, originales, interesantes, provocadoras que encienden muchas chispas que te hacen cuestionar muchas de las verdades que uno tenía asumidas casi como dogmas y que a la luz de lo que expone Yuval Noah Harari te lo replanteas. Te reformulas muchas ideas previas y explicaciones a nuestro comportamiento como especie y como individuo. Es cierto que algunas de las propuestas del autor no las comparto o al menos no al cien por cien , pero tanto las que considero buenas como las que no son en cualquier caso interesantes aportaciones, alimento para el cerebro, para pensar, analizar y construir un relato veraz acerca de la historia de la humanidad. Pocos libros he releído completos y este es uno de ellos.

Yuval Noah Harari explica de manera magistral nuestra historia . Desde los albores del Homo sapiens hace 250000 años compartiendo territorios ¡ojo! con otras especies humanas, pasando desapercibido y no precisamente como el más aventajado de la clase y cómo tras un desarrollo cerebral grande que no sabemos qué ventajas al principio pudo reportarle sobre el resto de especies humanas se expandió después de centenas de miles de años con una existencia discreta por todo el planeta orillando y aniquilando a otras especies humanas y a muchas otras. Nosotros solos o con ayuda de los cambios climáticos tan socorridos hemos sido los responsables de las mayores extinciones en masa de especies de seres vivos.

Este ensayo da un repaso a la historia de la humanidad, pero bosquejando también en el futuro que nos deparará a la luz de las recientes investigaciones en biotecnología, inteligencia artificial y computacional (de hecho el autor ha publicado un segundo libro que se centra en esta cuestión).

El libro se va desarrollando en torno a tres ejes, tres revoluciones, a partir de los cuales va explicando la historia del Homo sapiens y su relación con el resto de especies y del planeta. Estas revoluciones son:

1. Revolución cognitiva. Hace 70.000 años.

2. Revolución agrícola. Hace 10.000 años.

3. Revolución científica. En el 1500 de nuestra era.

Revolución cognitiva.

El comienzo de todo. Esta revolución fue la que permitió al Homo sapiens iniciar el despegue para alzarse con la supremacía sobre el resto no sólo de especies humanas sino sobre todas las demás y además en un tiempo muy rápido. Hasta entonces la existencia del Homo sapiens era la historia de solo una especie más, ocupando una posición humilde en el ecosistema. Esta revolución no fue otra que la capacidad del lenguaje. Pero antes de poder aprovechar el potencial de desarrollo que el lenguaje supondría, el cerebro de Homo sapiens sufrió un proceso de desarrollo muy superior al resto de especies de homínidos y otras especies. Hoy día está claro que un neocórtex más desarrollado incrementa con mucho las capacidades del individuo y la especie, pero hace 100000 0 200000 años esto no era tan evidente. De acuerdo que un simio en la sábana tropical de aquella época nunca podría ganarnos en un debate o una competición de oratoria, pero no ofreceríamos apenas resistencia en una batalla cuerpo a cuerpo o en agilidad para trepar por los árboles. El cerebro es un órgano que consume mucha energía y eso supuso a nuestros antepasados dedicar buena parte de su esfuerzo en alimentarlo, a costa claro de otras partes del cuerpo, es decir, podríamos ser más inteligentes pero menos ágiles, menos fuertes, en definitiva menos adaptados a la vida en la sábana. Es un misterio cómo la evolución en el sapiens pudo apostar por esta línea. Es evidente que esa apuesta, aunque arriesgada fue un éxito total. Hoy día disponemos de tecnología que nos hace superior como especie en éxito adaptativo a casi cualquier otra (a excepción de los microorganismos y algunos insectos). Vehículos que nos hacen ser más veloces que cualquier otro ser vivo, armas para matarlos a distancia, capacidad de surcar mares sin necesidad de lentísimas adaptaciones evolutivas para llevarnos la nariz a la parte superior de la cabeza, pero hace 100000 años no había nada de esto. Ese cerebro nos permitió desarrollar una tecnología y un cultura cada vez más avanzada con la que nos impusimos al resto de primates y especies. No obstante, como decíamos, al principio un cerebro más evolucionado debió suponer una desventaja más que una ventaja, es un misterio cómo pudo esta apuesta de la evolución prosperar. Pero no menos cierto es que toda la historia de la tierra está jalonada de apuestas evolutivas e las que unas aciertan y otras fracasan debido a los cambios climáticos, catástrofes y otros avatares las que estaban destinadas a fracasar o quedar en un discreto último peldaño se convierten en éxito (como la caída del meteorito hace 65 millones de años que supuso la extinción de los dinosaurios y el auge (radiación adaptativa) de los pequeñísimos mamíferos de entonces). Y al revés. Esto es una idea mía: quizás en el propio éxito de la especie humana esté la semilla que nos llevará a la extinción y a la destrucción de buena parte del planeta. A nuestro cerebro le cuesta pensar en las generaciones futuras y le pesa mucho más el beneficio inmediato. Tiene escrito a sangre: "El que venga detrás que arree"

El caso es que después del desarrollo del cerebro vino el despegue definitivo: la adquisición del lenguaje. El demarraje de nuestra especie con respecto a los demás primates. Otros animales podrían tener también lenguaje, pero muy pobre en comparación al nuestro. El lenguaje del Homo sapiens permitió crear las ficciones, un mundo imaginario paralelo al real y también por otro lado cohesionar mejor al grupo y mantener poblaciones mucho más numerosas que el resto de especies de homínidos y primates. Lo que le confería más capacidad de maniobra para defenderse, atacar y buscar presas. Mientras que las tropillas de otros primates rara vez superan la veintena de miembros nosotros podríamos llegar fácilmente a 150 que es el número Dumbar. Cuánto más desarrollado esté un cerebro más relaciones sociales puede establecer la especie. Que en nuestro caso se establece en 150, estudiando los cráneos fósiles de las diferentes especies y estableciendo comparaciones. Esta cohesión del grupo se debía al lenguaje que permitió una comunicación eficaz sobre peligros, alimentos, etc. Los demás homínidos y primates no pueden organizarse en grupos demasiado numerosos ni establecer alianzas. En relación a la ventaja del lenguaje está la teoría del chismorreo: la mayor parte de las comunicaciones son para hablar de los diferentes miembros de la tribu (quién es fiable, quien no) y eso hoy día sigue sucediendo. Y esto permite dar estabilidad al grupo.

Con el lenguaje se construyó un mundo de ficción, religión, dioses, divino que con el tiempo llegó a dominar al mundo real. Hoy día vivimos en un mundo de ficción: logos de compañías, mundos virtuales, creencias religiosas que supeditan al mundo físico de ríos, montañas y leones merodeando. En el libro se trata esto de manera brillante con la ficción de Peugeot, la empresa automovilística francesa. Algo muy real, muy tangible pero que es una ficción legal. ¿Quién está detrás de Peugeot o cualquier compañía? Un legajo de papeles legales que acreditan que una empresa existe?. Hoy día nuestro mundo de ficción domina y controla al mundo real.

Página 45

"...Así, desde la revolución cognitiva, los sapiens han vivido en una realidad dual. Por un lado, la realidad objetiva de los ríos, los árboles y los leones; y por el otro, la realidad objetiva de los ríos, los árboles y los leones; y por el otro, la realidad imaginada de los dioses, las naciones y las corporaciones. A medida que pasaba el tiempo, la realidad imaginada se hizo cada vez más poderosa, de modo que en la actualidad la supervivencia de ríos, árboles y leones depende de la gracia de entidades imaginadas tales como dioses, naciones y corporaciones..."

El sapiens no será probablemente el humano que más tiempo haya existido sobre el planeta. La especie homínida que más lo ha hecho ha sido Homo ergaster, unos dos millones de años. Los sapiens llevamos 250000 años, pero albergamos ciertas dudas de que podamos seguir no digo ya otros 250000 años, si no siquiera 1000 más.