"Tinta de olivo" El pasado día 24 de octubre tuvo lugar la presentación en el Museo de Arte Íbero de Jaén   del libro "Tinta de Olivo". Un libro recopilatorio con los relatos ganadores y finalistas del concurso literario organizado por la Asociación cultural "másqueCuentos" con el periodista Juande   Vanverde a la cabeza.    La edición del libro contó además con la colaboración de la Editorial Liberman y su editor Pedro Molino, la fundación Jaén de Unicaja y el apoyo de la Diputación.   La temática del concurso era   el mundo del olivar y el oleoturismo. Y tuvo, según los organizadores del evento,   una elevada participación con muchos trabajos procedentes de lugares tan alejados como Libia, Argentina, y países de Europa del este. Más de 200 obras de las que 25 han sido incluidas en este libro y con la enorme satisfacción de que una de estas historias la escribí yo. Se titula "Recuerdos" y a juicio del Jurado mereció el hono...

Este libro vio la luz en 1989,   hace casi treinta años. Recuerdo haber oído hablar de él en alguna ocasión cuando estudiante en la Universidad,   pero por entonces y hasta mucho después solo leía libros de divulgación científica, menos mal que andando el tiempo decidí,   abrir la ventana para inundar de   luz el   alma   ampliando   lecturas con relatos, novelas y ahora, también poesía. Este libro lo compré a principios de verano, junto a otros cuántos más y su lectura, la primera que hacía de la escritora Isabel Allende, me ha fascinado. Es una colección de 23 relatos. Veinte y tres historias donde   realidad y   magia se funden en prosa poética. Este libro es un buen exponente de la corriente llamada "Realismo mágico". Con lenguaje de orfebre y piedra preciosa. Historias de amor, odio, venganza, vileza y entrega con mayúsculas que hacen un bosquejo complejo del alma humana. Si tuviera que destacar alguna historia de entre las demás me...

Atrás y adelante.   En   tiempos   de   otoño   y cuerpo hastiado recuerdos de   juventud evanescente repleta   de   tiempo alegre e inconsciente    q ue lejos quedan   del   alma y el corazón agotado. Azuzada la       angustia , la   esperanza   disminuye con   la   carga de   saber     que lo   bueno   huye. Queda      solo        invierno acechante y su     palabra envenenada de certeza en maldito heraldo de tristeza señalando a  quienes  no darán un paso adelante.

Moneda de amor Amaste llena de fuego y   miel   muriendo         con mi ausencia.          mientras  y o revivía en   tu   existencia         corazón de otoño   sobre     tu piel. Mi ausencia y tu existencia Dos caras de una   moneda que a los dos nos   servía para tener   amor hasta    que   un buen día perdió   todo su valor.

PALACIOS DE CRISTAL Efervescentes   ojos de mirada apacible   de   pupilas grandes como soles oscuras como las noches   lunas   de deseo incontenible. Amor decías tú amor repetía yo.   Estrechaste    mis manos como   valioso botín con   ese amor de besos de carmín ese que levanta   palacios de cristal con bosque sin otoño ni principio ni final.     Y me descalcé   dejándome   llevar   Adentrándonos   adónde tú querías llegar.   Acomodé mi boca a tu boca. Mi cuerpo a tu cuerpo Tu deseo a mi vacío. Y callé lo que   sabía de caminar   sobre     trozos de cristal. Tapándome   para no ver la crueldad     de aquel   palacio     irreal. Descalzo entre     lágrimas de sangre y eternidad en   bosques sin otoño ni principio ni final condenado a recordar lo mucho que  amé   de verdad...

  Decidles de eso  que llaman amor   Avisad    del     señuelo     de       noches de verano y    hechizos     de   cuerpos desnudos con caricias   de   sueños entrelazados que el   otoño   acecha cercano con      noches  para  enfriar         corazones. Decidles   aunque no quieran escuchar como   el soldado viejo a los cañones   embriagados de   instante infinito   e irreal arrogantes   en su amor de granito   como   espiga resistente al capricho del   viento maldito.   H enchidos de   placer efervescente   por lenguas de lava enfebrecidos   con deudas pendientes por cobrar del abismo     renacidos   que creen suyas   las olas y el   mar. Decid  de la angustia     del      ...