MUJER EN PUNTO CERO
Mujer
en punto cero
Con este libro (que dio inicio a un pequeño ciclo sobre mujeres y feminismo en el
club de lectura de la librería El agente secreto de Úbeda y que alguien, muy
amable, me prestó) se narra la historia real de una mujer, de nombre figurado Fardaus,
ajusticiada en una cárcel de Egipto, en El Cairo, por matar a
un proxeneta. Fardaus poco antes de morir cuenta su vida a la escritora, una
médico que trabaja con mujeres
encarceladas y que tiene la oportunidad de entrar en contacto con ella y
conseguir, no sin esfuerzo, que Fardaus (o Firdaus) le cuente su vida. Fardadus,
una mujer hecha así misma, de carácter e inteligencia clara, capaz de estudiar
con brillantez hasta el bachillerato y que incluso recibió un premio por ser una de las mejores estudiantes, pero que no le bastó para poder continuar los estudios. Algo que le encantaba. Firdaus nos narra un
relato estremecedor donde por el mero hecho de ser mujer sufre tratos abusivos
y degradantes desde la más tierna infancia en la aldea donde vivía hasta en El
Cairo como prostituta. Cuando vivía en la aldea la comida que hubiera era
primero para el padre y después las sobras para el resto. Si alguno de los
hijos que morían (que no eran pocos) era
varón el padre lo primero que hacía al llegar a casa era dar una paliza
a la madre, cenar y después fumar. Pero si quien moría era una hija, no se
alteraba. Después viviendo con un marido
mayor y feo, mísero y cicatero, señalado
por su tío como una gran oportunidad de salvación para ella, a través del matrimonio tampoco mejoró hasta que decidió tomar el
rumbo de su propia vida y fugarse, pero con cuantos hombres se topó después era como
chocar contra un muro de incomprensión y explotación. Todo ello en el seno de
una sociedad hipócrita y cruel. Fardaus afirma para escarnio de la sociedad que:
"Todos los hombres
que he conocido sólo me han inspirado un deseo: el de alzar la mano y dejarla caer con fuerza sobre su
rostro", dice Fardaus, que forzada a ejercer la prostitución comprende
que sólo las únicas personas libres son aquellas que no quieren nada, no temen
nada y no esperan nada. Y aunque tuvo la oportunidad de eludir la muerte por
condena perpetua la rechazó prefiriendo la muerte a vivir como una esclava.
El único auxilio
que recibió fue en su tierna infancia por parte de su madre:
"...Sin nada a
lo que agarrarme salvo ese par de ojos. Dos ojos a los cuales me aferraba con
todas mis fuerzas. Dos ojos que parecían ser lo único que me sostenía. Todavía
ahora no sé si eran grandes o rasgados, ni puedo recordar si estaban rodeados
de pestañas o no. Solo recuerdo dos aros intensamente blancos en torno a dos
círculos de un negro intenso. Cada vez que los miraba fijamente el blanco se
volvía aún más blanco y el negro todavía más negro, como si la luz del sol se
derramara sobre ellos desde un foco mágico que no estaba en la tierra ni en el
cielo, pues la tierra era oscura como una cueva y el cielo estaba negro como la
noche, sin sol ni luna." Una referencia repetida muchas veces a lo largo
del libro y que ha inspirado su portada.
Este libro fue
publicado por primera vez en 1975 y
reeditado en 2017 hace poco por el sello editorial Capitan Swing. Y aunque han transcurrido más
de 45 años entre una y otra edición y en su día fue este libro un aldabonazo
para despertar la conciencia social del machismo más degradante y empezar un
movimiento feminista de lucha por los
derechos de la mujer, ahora precisamente que se acerca la celebración
del 8 de marzo, día de la mujer, mucho nos tememos que
poco o nada ha cambiado para la mujer en aquella parte del mundo donde vivió y murió
la protagonista del libro y donde sigue siendo noche para ellas y aunque
en nuestro pedazo de mundo occidental
todavía hay mucho por hacer, como así lo demuestran la terrible cifra de
asesinatos por violencia de género, me gustaría pesar que a pesar de esa
desgracia nada que ver el machismo de
estos lares con el que se cuece por otros lados.
Mujer en punto en
cero es un libro muy duro porque lo que se cuenta es un
espejo claro y nítido de cómo pueden (y de hecho hacen) funcionar las
sociedades sin que las voces que claman contra ello se dejen escuchar.
Donde los verdugos
ni siquiera saben que están masacrando a sus víctimas y donde ellas doblegadas
por el peso de la cultura y la tradición lo asumen hasta que mujeres como Fardaus
se rebelan y muestran que otro camino aparte de posible es absolutamente
necesario. En definitiva, un libro donde se pone de manifiesto como en determinadas
zonas del mundo por el mero hecho de ser
mujer su vida debe supeditarse absolutamente a la del hombre, con violencia
estructural y directa en cantidades industriales para que nada se salga del
guión establecido.
FICHA
TÉCNICA
TÍTULO: MUJER EN PUNTO CERO
AUTORA: NAWAL EL SAASAWI
TRADUCCIÓN: MIREIA BOFILL ABELLÓ
EDITORIAL: CAPITÁN SWING
AÑO DE PUBLICACIÓN: 217
ISBN: 978-84-946453-2-7
GÉNERO: NARRATIVA
PÁGINAS:126
SOBRE
LA ESCRITORA
NAWAL EL SAADAWI.
Nacida en Egipto. Se
licenció en Medicina en 1955 y llegó a trabajar en cargos importantes del
Ministerio de Salud de aquel país hasta que fue despedida por su compromiso en
la lucha por las mujeres. Después trabajó como asesora para la ONU. En 1981 el
gobierno Egipcio la encarceló por su oposición a los acuerdos de paz de
Camp-David entre Egipto e Israel y diez años después recibió amenazas de muerte
por los islamistas. Exiliada en EEUU fue profesora en la Universidad de
Washington hasta su regreso en 1996 a Egipto donde sigue comprometida en la
defensa de los derechos de la mujer.
Es desgarradora la historia de "Fardaus" y de tantas mujeres en situaciones similares que hay por el mundo. Me remueve las tripas tanta injusticia y tanta inoperancia de quienes tienen el poder y los medios para intentar remediarlo. Me gustaría que el próximo 8 de marzo, se invitase a los hombres también a la huelga, en todo el mundo, para manifestar todas y todos juntos nuestra indignación por que aún hoy, por desgracias, hay muchas Fardaus por el mundo sufriendo la injusticia de sus países de origen y la indolencia y el olvido de los que se supone somos sociedades avanzadas.
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