LA PARADOJA DE PROTÁGORAS EN EL BAR

LA PARADOJA DE PROTÁGORAS Hace unas noches acodado en la esquina de la barra del bar con mi amigo Justi aburrido y con algo de sueño; contagiados por un ambiente deslucido y mohíno del que parecían participar todos los parroquianos y con el agravante de no haber concurrencia femenina con la que posar y alegrar la vista, sin saber muy bien porqué, por entablar conversación supongo, le pregunté a Justi: —¿Sabes quién era Protágoras?—le dije mirándolo de soslayo con la copa de vino sujetándola en el aire. Justi ni me miró. Llevaba sin reaccionar toda la tarde (igual que todas las tardes anteriores a esta y a cualquier otra). Solo gesticulaba para que el camarero le rellenase el vaso de cuando en cuando. Insistí una vez más en la cuestión formulada y tras unos instantes, devolviéndome otra mirada de refilón, como pensando para sus adentros vaya mierda de noche en el bar respondió: —No, hijo, no. No sé quién ...