LA SABIDURÍA PLATÓNICA
Autocontrol, autodisciplina, templanza y prudencia según Platón
En Cármides, un diálogo Platónico
de juventud, Platón pone en boca de Sócrates su idea sobre un concepto que hoy
día resulta de difícil traducción. Cicerón
lo tradujo como templanza, moderación y recientemente otros autores por
autocontrol o autodisciplina. Otras traducciones serían sensatez o prudencia.
En cualquier caso el concepto tiene que
ver con la sabiduría moral. No obstante tras leer este bello relato no
saldremos de la duda de qué puede
significar eso realmente. Esto es lo que
los filósofos llaman una aporía, que traduciendo al roman paladín viene a ser aquello de lo que después de darle muchas vueltas al
asunto no sabemos, al final, en realidad, de qué se está hablando o de si
existe. Estas aporías, son habituales en los diálogos de juventud platónicos.
Menos mal que gracias a las disquisiciones sobre la cuestión mediante la mayeútica
(preguntas y respuestas que ayudan a aflorar el conocimiento) logramos hacernos
una vaga idea de por dónde puede ir la sabiduría: con un saber de uno mismo,
dominio y control de los actos propios.
Un dominio de la razón sobre los deseos y los instintos.
En este diálogo, Sócrates primero interroga al joven y bello Cármides,
un aristócrata de distinguida familia ateniense sobre qué entiende por sensatez
para a partir de ahí empezar a abordar el concepto desde puntos de vista
diferente y refutar cada una de las tesis que va ofreciendo el joven primero y Critias, otro aristócrata, después. Se le brindan al inconformista Sócrates seis definiciones:
contención, sosiego, porte en el actuar; honor; dedicarse cada uno a lo suyo;
hacer cosas buenas; conocerse a sí mismo y por último conocimiento del bien y
el mal. Y ninguna de esta convence al filósofo que rebate con bellos ejemplos
cada una de ellas . Invito, por cierto,
al lector a que aporte su visión particular.
Cármides es presentado a Sócrates
como un joven brillante a lo cual el filósofo le pregunta si él se considera
sensato. Cármides, con buen juicio, responde que difícilmente podrá darle una
respuesta satisfactoria puesto que si se
define él mismo como sensato esa afirmación sea
quizás algo temerario y si, por
otro lado, dice que no es sensato estaría echándose tierra sobre sí mismo cosa que tampoco tendría sentido.
Sócrates alaba la respuesta pero
enseguida vuelve al ataque en su lucha por extraer la verdad del concepto
objeto de debate y pregunta abiertamente a Cármides que significa para él la
sensatez puesto que si la gente le tiene a él como tal, alguna idea deberá de tener al respecto
sobre ella, puesto que la gente ve en él esa cualidad. El joven responde que sensatez sería algo así
como sosiego en el actuar, pausa y calma.
Sócrates se relame con esta respuesta y desmonta su afirmación en un instante.
Preguntándole si actividades como leer, calcular, correr o saltar es mejor
hacerlas lentas o rápidas. Cármides
responde que rápido y Sócrates concluye que si la sensatez es algo excelente entonces no
puede ser actuar despacio ya que algunas
veces la sensatez iría más bien con la rapidez.
Sócrates vuelve a interrogarle si sensatez no sería actuar con honor (o
pudor) y Cármides responde
afirmativamente. A lo cual Sócrates replica que el pudor puede ser algo bueno o
malo y que puesto la sensatez es siempre una cosa buena, entonces sensatez no
puede ser actuar con pudor puesto que entonces unas veces la sensatez sería
buena y otras mala.
Sócrates pide al joven entonces
que de una nueva definición y éste dice
ahora que sensatez sería dedicarse cada
uno a lo suyo, recordando sin duda lo que había escuchado decir a Critias.
Sócrates derrumba esta nueva definición con el argumento de que si cada uno se
dedica a lo suyo entonces las ciudades no funcionarían. Y para que estas sean
gobernadas con sensatez no vale que cada uno se dedique exclusivamente a lo
suyo.
Llegados a este punto, Critias dándose por aludido, interviene respondiendo a
las interpelaciones del agudo Sócrates y dice que personas sensatas son aquellas que hacen cosas buenas. A lo cual Sócrates,
cómo no, replica que si el médico obra bien y cura con provecho unas veces
pero en cambio otras no sabe
si obra con beneficio o con daño no tiene sentido que una persona
sensata pueda actuar así sin saberlo. Es entonces cuando se alcanza la mayor
profundidad en el diálogo, y Critias responde que la sensatez es conocerse a uno mismo porque de ningún
modo un hombre sensato puede serlo sin saberlo.
Sócrates entonces se pregunta si
la sensatez no sería un saber y un saber de algo, a lo que Critias responde que
sí, añadiendo que sería un saber de uno mismo. Con esta nueva perspectiva de la
sensatez como saber, Sócrates se interroga por la utilidad que dicho
conocimiento reporta. Puesto que si la Medicina o la arquitectura son un saber
y los beneficios que brindan son la salud o las construcciones qué utilidad
dará la sensatez siendo cómo es otro saber. Critias le replica que comete un
error al asemejar la sensatez como saber a otros saberes como la medicina o el
cálculo o la arquitectura, puesto que es de diferente naturaleza. Ya que los
otros saberes son de algo y la sensatez
es un saber de sí mismo y de todos los demás. Y de lo que no se sabe
Sócrates le responde que cómo
puede la sensatez ser un saber de los otros saberes si no sabe más que de sí
misma y lo ilustra con un ejemplo: para
saber si uno sabe de medicina o no sabe, tendríamos que conocer esa ciencia, la medicina sino ¿cómo podríamos distinguir al
que sabe realmente del que no sabe o del que cree saber?
En resumidas cuentas, si uno
conoce un saber, pongamos la medicina, es por esa ciencia en particular no por
la sensatez.
“…Qué extraña cosa es esa de la
que estamos hablando… imagínate por un momento que se da una especie de visión
que no dice relación con aquello de lo que normalmente es visión la visión,
sino que es visión de sí misma y de las demás visiones , y también de las no-visiones;
y siendo como es visión, no ve color alguno, sino sólo se ve a sí misma y a las
otras visiones. ¿Te parece a ti que existe algo así?... ¿Y una audición que no
oye sonido alguno, pero que se oye así misma y a las otras audiciones y a las
no audiciones?... ¿creerías que hay un deseo que no lo sea de ningún placer,
sino de sí mismo y de los otros deseos? ¿O tal vez un amor que no se encuentre
siéndolo de belleza alguna, sino de sí mismo y de los otros amores?
En definitiva Sócrates está
afirmando que no puede existir un saber que no esté dirigido a algo. Al igual que el amor o el deseo no pueden
referirse a sí mismos y deben hacer referencia a algo a lo que se dirigen.
Por otra parte Sócrates pregunta
a Critias cuál sería la utilidad de la sensatez. Argumenta que si la utilidad de cualquier otro saber está
clara como por ejemplo la utilidad de la
medicina que sería la salud, en cambio
si la sensatez solo sirve para discernir quien sabe de quien no, acuerda que, por tanto la
utilidad de la sensatez sería que al
conocer lo que sabe cada cual y lo que no entonces solo se encargarían a las
personas aquellas tareas que pudieran desempeñar. Se eliminaría el error y todo
el mundo obraría bien y rectamente alcanzando la felicidad. Y una vez parecen
han llegado a un consenso nuevamente Sócrates lo desbarata al asaltarle dudas
sobre la veracidad de lo dicho y llega a un nuevo enfoque: la
sensatez sería conocer el bien y el mal.
Puesto que para ser feliz no basta con alcanzar el conocimiento en la parcela
concreta que uno conoce sino que tendría que esta felicidad asociada al
conocimiento tendría que provenir de algún saber mayor y no existirá otro saber
más grande que éste de discernir el bien del mal pero si esto es así entonces
la sensatez se revelaría como algo inútil y puesto la sensatez es algo bueno no
puede ser inútil con lo que vuelta a empezar...
Yo, para no perderme, he ido a
buscar el significado de templanza
Según el diccionario:
ResponderEliminarNombre femenino. Cualidad que tienen las personas que muestran buen juicio, prudencia y madurez en sus actos y decisiones.
Y añado:
Saber encajar, con el tiempo, el resultado de las decisiones, ya sea para bien o para mal.
Me parece muy divertido comerse "la olla" con estos parloteos mentales jajaja.
Tienes razón con lo de darle vueltas al coco con esos "parloteos".. Me gusta eso que dices de saber encajar el resultado (o las consecuencias) de nuestras decisiones.
ResponderEliminarCada vez es más difícil introducir el comentario. A ver si ahora entra. Me parece un auténtico galimatías toda esta serie de preguntas,respuestas,negativas, para al final llegar a la conclusión de que no sabemos nada. Yo creo que la humanidad lleva siglos dando vueltas a estos conceptos. El catecismo hablaba de cuatro virtudes,Cardinales,que casi coinciden con el tema: prudencia,justicia,fortaleza y templanza. Siempre me han parecido más importantes de las otras tres que todo el mundo conoce, y más prácticas.En cuanto a mezclar la rapidez con todo esto,no le veo sentido y que me perdonen Platón y Sócrates.
ResponderEliminarPerdona ,pero creo que deberías descansar una temporada en tu relación con los filósofos, pues peligra tu integridad mental. Un abrazo.