VIVA EL FÚTBOL

¡¡VIVA EL FÚTBOL!! Mi vida sexual ha estado ligada al mundo del fútbol. Suena raro, pero fue así desde sus comienzos. Perdí la virginidad cuando el equipo de mi entonces novio ascendió a no sé qué categoría. Qué le pasaría por la cabeza con lo parado que era. ¡Viva el fútbol! Me casé con él, a pesar de saber que sólo una cosa era capaz de sacarle del gris, la mirada cabizbaja y los pasitos cortos con las manos atrás: el fútbol. Me habitué a su débil brío y frialdad de ánimo. Lo único que le encendía el deseo y le levantaba un poco, sólo un poco, el ánimo y algo que tenía por ahí escondido era el fútbol cuando su equipo ganaba. Lamentablemente era socio de un equipo de provincias por lo que las alegrías en el campo además de pocas eran muy espaciadas y la transferencia de esa felicidad a la cama más escasa aún. Y cuando su equipo descendió a los infiernos de la tercer...