UN CUENTO: NAVIDADES DE BARRIO

NAVIDADES DE BARRIO Mariano intentó evitar a su vecina, pero con el andar achacoso fue cazado a medio camino entre el ascensor y su puerta. —¡Hola! —saludó efusiva Marisa—. Espero que pases una buena noche. Evaristo y yo este año la pasamos con nuestros hijos, su cónyuges y —suspiró—, mis cinco nietos. Ya sabes. Los tres de la Miriam y los dos del Rafa. ¡Mira!—le dijo acercándole su carrito de la compra—. Traigo unas cigalas estupendas para la cena. Mariano apretó la bolsa de plástico del supermercado para que no viera los 300 gramos de jamón de bodega al corte que acaba de comprar, junto a una botella de vino de oferta con la que regalaban un pañuelo. Después de escucharle la retahíla de los bien situados que estaban su hijos Miriam y Rafa —como otras muchas veces—, tuvo que cerrar de golpe —como siempre— la puerta para dar por conclu...