Un libro: Relatos cómicos de Edgar Allan Poe
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
RELATOS CÓMICOS DE EDGAR ALLAN POE
En la última feria de libro, paseando
entre los puestos y tenderetes, un libro
sobresalía, descolocado, entre una pila alargada que quería convertirse en
columna, y como si tuviera dos manos me agarró de la pechera para reclamar mi atención sobre
él, o tal vez fui yo el que tras advertir el nombre del autor, Edgar Allan Poe, y su título "Relatos Cómicos" ese oximorón, esa contradicción, fuera lo que
hiciera que me abalanzara sobre él, y
no al contrario, de manera tan ansiosa y
torpe que aquel cerrete de libros, páginas y letras se desmoronó provocando un
disimulado arqueo de cejas del librero por aquel ruido y desorden que le sacó
de su soledad compartida ante aquellos testigos de papel mudos pero que lo dicen todo. Entre las ruinas de aquella torre de Babel vi
otros títulos y otros autores pero aquel que tenía entre mis manos, como si
participase de un relato de suspense al más puro estilo de Poe cautivó todas
mis entenderas y solo aquel libro existía para mí. Aboné con gusto los tres euros que marcaba la
etiqueta. Sentía curiosidad por leer esa faceta cómica de un genio del miedo y
el suspense. Pero igual que si Mesi o Ronaldo que son fantásticos delanteros
capaces como nadie de hacer maravillas con el balón de cara a portería se pusieran a jugar en otras posiciones, en
defensa pongamos por caso, seguro que ya no brillarían tanto e incluso de no saber
quienes son hasta dudaríamos de su genio, esto mismo es lo que, modestamente, opino sucede
con la faceta cómica del gran Edgar Allan Poe. Un genio del suspense. Del
miedo. Pero fuera de esos parámetros su destreza no destaca tanto.
Portada de libro |
Es cierto que sus relatos cómicos e irónicos
suponen una crítica a la sociedad americana del momento. Una sociedad que nos
queda ya un tanto lejos, separada por dos siglos. Y que sobre gustos cada uno
tiene el suyo pero he de reconocer que
los ocho relatos que componen este libro no me han llenado. Justo es reconocer que algunos de esos relatos como "El
sistema del doctor Brea y el profesor Pluma" cuya historia se
desarrolla en un psiquiátrico dónde nada es lo que parece y el relato "El ángel de lo extraño" donde
aparece una mezcla de fatalismo, irrealidad y humor muy interesantes, son
buenos, a pesar de eso, digo, no me
terminó de convencer. Y aunque uno de los derechos del lector es abandonar la
lectura de cualquier libro, en cualquier página siempre me niego a ejercer esta prerrogativa
aunque con este libro me ha costado
llegar al final. Todavía no he dejado de leer ni un solo libro de todos cuantos
he empezado (incluyendo, como prueba de fuerza, alguno leído a Sánchez Dragó. Aunque con él estuve a puntito de quebrar esa norma autoimpuesta).
De entre estos ocho relatos les extraigo un fragmento (al final de la
entrada) de uno de ellos que, ciertamente, me gustó y me rememoró a Eduardo
Mendoza y Eslava Galán prueba de que el humor no entiende ni de fronteras ni de
tiempo. Aunque para decir esto solo hace es necesario releer el Quijote.
Ficha técnica:
Título: Relatos cómicos
Autor: Edgar Allan Poe
Colección: Clásicos de la literatura
Editorial: Edimat libros
Introducción: Isabel Guillén Pardo.
En esta introducción se habla de la vida y época del autor. De manera bien
documentada.
ISBN: 978-84-9764-352-8
Precio: 3 €
Sobre el autor:
Edgar Allan Poe nació en Boston
(EEUU) en 1809, en el seno de una familia de cómicos ambulantes. Huérfano desde
temprana edad, fue adoptado por un comerciante escocés (del que tomó el apellido Allan) y su esposa. De carácter
inquieto, aficionado a los misterioso y lo macabro, dio muestras de su
increíble talento para las narraciones fantásticas y terroríficas. Con todo,
fue su poema "El cuervo" el que le abrió las puertas de la fama (en
el enlace facilitado pueden leer dicho poema y otros más).
Fue un genio con los cuentos del terror quizás por eso fue uno de los primeros escritores que quisiera ganarse la vida con el oficio de escribir. Una prueba de su gusto por lo tenebroso y macabro.
Su novela "Las aventuras de
Arthur Gordon Pym y esos precursores de la moderna narración
policiaco-detectivesca (de tanto auge en los últimos tiempos) como son "El
escarabajo de oro y Los crímenes de la calle Morgue, junto con sus Relatos
fantásticos hace de Poe uno de los principales autores norteamericanos. Murió
víctima del alcohol en Baltimore a los treinta y siete años de edad.
Más información de autor y su obra
(poética) en: http://www.amediavoz.com/poe.htm
La pérdida del aliento
"...Finalmente, habiendo puesto
en orden mis asuntos, me senté a muy
temprana hora de la mañana en el correo que iba a..., dejando entrever , entre
mis amistades, que asuntos de mayor importancia requerían de mi inmediata
presencia en aquella ciudad. El coche estaba absolutamente atestado, pero en la
incierta penumbra no había forma de distinguir las facciones de mis compañeros
de viaje. Sin oponer ninguna resistencia acepté el ser colocado entre dos
caballeros de colosales proporciones; mientras que un tercero, una talla mayor,
excusándose por la libertad que iba a tomarse, se arrojó sobre mi cuerpo a todo
lo largo que era y, durmiéndose al
instante, ahogó todas mis protestas en un ronquido que hubiera hecho enrojecer
de vergüenza, a los bramidos del toro de Phalaris. Afortunadamente, el estado
de mis facultades respiratorias convertía la muerte por asfixia en un accidente
totalmente fuera de la cuestión.
No obstante, al ir aumentando la luz
al acercarnos a la ciudad, mi torturador se levantó, y ajustándose el cuello de
la camisa, me dio las gracias muy amistosamente por mi amabilidad. Viendo que
yo permanecí a inmóvil (todos mis miembros estaban dislocados y mi cabeza
vuelta hacia un lado), empezó a sentir cierta aprensión, y despertando al resto
de pasajeros les comunicó con tono muy
decidido que en su opinión les habían metido durante la noche a un hombre
muerto a cambio de un hombre vivo y responsable, que además era su compañero de
viaje; al llegar aquí me dio un puñetazo en el ojo derecho, a modo de demostración de la veracidad de sus palabras.
A raíz de esto todos creyeron su
deber de tirarme de la oreja uno por uno (había nueve en total). Un joven
médico, habiendo aplicado un espejo de bolsillo a mi boca, y al encontrarme
carente de respiración, afirmó que lo que había dicho mi perseguidor era
cierto, y todo el grupo expresó su determinación de no aguantar pacíficamente
tales imposiciones en el futuro y de no dar un solo paso más de momento con un
cadáver a cuestas.
En consecuencia, fui arrojado fuera
bajo la señal del <> (taberna por delante de la cual pasaba
casualmente el coche en aquel momento), sin más contratiempos que la fractura
de mis dos brazos, por encima de los cuales pasó la rueda trasera izquierda del
vehículo. También debo hacer justicia al conductor y decir aquí que no se le
olvidó tirar detrás de mí el mayor de mis baúles, que cayó desgraciadamente
sobre mi cabeza y me fracturó el cráneo de una forma a la vez interesante y
extraordinaria..."
Yo también he dado un respigo al leer en la misma frase cómico y Edgar Allan Poe. Realmente uno desluce cuando quiere ser quien no es. Dicen que el cisne todo gracia y elegancia cuando nada en el lago con su largo cuello resulta muy torpe cuando sale del agua y anda por la tierra. Quizás Poe es aquí como el cisne que deja de nadar y se pone a andar.
ResponderEliminarPreciosa comparación mucho mejor que mi torpe y vulgar comparación futbolística.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que no espera uno encontrar el humor asociado a Poe, así como en que no es lo suyo. No es que sea raro que una misma persona,escritor en el caso que nos ocupa,pueda escribir bien en ambos sentidos,para muestra están Góngora y Quevedo, por ejemplo.
ResponderEliminarNo obstante,me ha gustado leer esta entrada porque me ha traído a la memoria mis tiempos de universitaria,cuando el profesor Baquero nos leía "El cuervo". Cada vez que recitaba aquello de "y dijo el cuervo:nunca más" se nos erizaba el vello.
En todo caso,hay que leer de todo porque si no ,difícilmente podremos opinar con conocimiento de causa.
Interesante la entrada.
Releeré con atención ese poema "El cuervo" que fue el que dio fama a este escritor.
ResponderEliminarYo creo que Edgar ha sido víctima de la modificación que la palabra "comedia" ha tenido a lo largo del tiempo. "Comedia" no se trata meramente de hacer reir, sino de contar un relato de la vida cotidiana con ligeros toques de "irrealidad", para culminar con final agradable y que nos deje reflexionando sobre la situación. Al final, Poe hace de manera brillante su trabajo... Nosotros fuimos los que malentendimos su trabajo
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