UN LIBRO DE JORGE BUCAY: 20 PASOS HACIA ADELANTE.¡
20 PASOS HACIA ADELANTE
DE JORGE BUCAY
Este libro lo tenía por ahí, entre mis estanterías, desde hacia un par de años cuando me lo compré una tarde de verano en un Corte Inglés no sé dónde. El caso es que le ha llegado su turno de lectura. Ya en este blog comentamos hace diez años otro libro de este mismo autor (Déjame que te cuente)
Este libro dentro de la categoría de autoayuda sigue una estructura parecida a “Déjame
que te cuente” solo que en vez de
seguir el hilo de unas sesiones de
psicoterapia con un paciente rematadas con un cuento o una fábula para dar respuesta
a los problemas planteados en la consulta (por cierto, les recomiendo que lean
la fábula del leñador es buenísima. Está en el enlace de este blog a ese libro)
en este caso, decíamos, el autor nos va
proponiendo directamente, sin paciente de por medio y a lo largo de 20 capítulos, 20 cuestiones que
deberíamos tener en cuenta y abordar
para mejorar como personas, mejorar nuestra relación con el entorno y nuestros semejantes y, en definitiva, ser más
felices en nuestro día día.
Casi nada.
Qué nos propone este libro a lo
largo de sus 20 lecciones.
Algunas cosas son de bastante
sentido común, otras de una utilidad evidente, otras más dudosas y otras, bueno, como gustos,
colores.
Lo primero que nos dice Bucay es
que debemos conocernos. Esto es
evidente, sólo analizando como somos, los aspectos de nuestro carácter, nuestro
temperamento y nuestra personalidad podemos ver qué aspectos necesitamos
trabajar para reforzar. En este punto recordemos, aunque aquí no entra el
autor, la diferencia entre carácter y personalidad. Yo puedo ser una persona
cobarde (mi personalidad), pero ante una determinada circunstancia, o situación
hinchar el pecho, armarme de valor y
comportarme de manera valiente (carácter). Algo parecido deberíamos hacer al
analizarnos y aunque nunca podamos llegar al cien por cien de excelencia en
cada uno de nuestros aspectos sí que podemos mejorar. No vale excusarnos en “Es
que yo soy así”. Podrás ser así, pero eso no te da derecho a comportarte como
no tienes que hacerlo.
Otra cuestión propuesta por el
autor es el “Decidir tu libertad” y
aquí utiliza una cita de Octavio Paz para mí maravillosa “La libertad es simplemente la diferencia entre dos monosílabos: Sí y
No” esta hermosa frase viene a decir lo que el gran filósofo José Antonio
Marina (Libertad es el poder decir no.
Eso es la verdadera libertad y no dejarse arrastrar por el deseo o la
comodidad). En este punto el autor cuenta una anécdota que sucedió en la Rusia
comunista que es para mí una de las mejore que aparecen en todo el libro.
Página 21
“Hace más de medio siglo, una fría tarde, en Moscú, el entonces
secretario general del partido comunista, Nikita Kruschev, denunciaba en el
vigésimo congreso de su partido los horrores cometidos durante el gobierno del
despótico hombre fuerte de todas las Rusias, Jusip Stalin, muerto tres años
antes, después de haber ejecutado a miles de opositores y mandado matar a todos
los viejos compañeros de la Revolución de Octubre, entre ellos al mismísimo
León Trotski.
Por
primera vez, el premier ruso Kruschev contó frente a un centenar de
sorprendidos representantes partidarios como, despiadadamente, Stalin había
encarcelado y torturado a miles de los que osaron oponerse a su autoridad,
había ordenado deportaciones en masa para otros tantos y había mandado recluir
a todos los demás de por vida en las cárceles de la helada Siberia. El
secretario general relató con detalles los planes siniestros para oprimir a los
países satélites de la entonces llamada Unión Soviética, aplastando en cada
lugar a las fuerzas rebeldes con el poderío de la fuerza militar del soviet.
Stalin
no había escatimado crueldad para hacer saber al m undo, dentro y fuera de
Rusia, que nada frenaría su intención de decidir los destinos de la parte del
planeta que quedó bajo su “control” después de los acuerdos de Yalta.
Los
que allí estaban contarían más tarde que la situación era tan tensa, que
mientras el secretario general leía su municioso e impresionante informe, podía
literalmente escucharse en la sala la respiración de algunos camaradas.
De
pronto, una voz se escuchó saliendo de entre las cabezas aglutinadas de los
dirigentes. La voz preguntaba casi increpando a Kruschev:
—¿Y dónde
estabas tú, camarada, mientras pasaba todo esto?
Todos
entendieron lo que la fase insinuaba sin decirlo. Nikita Kruschev había
trabajado muy cerca del fallecido tirano, había sido depositario de su
confianza, había formado parte de la dirigencia de aquella cruel etapa
estalinista de la Unión Soviética.
La
pregunta ponía en evidencia que, con su silencio, el ahora denunciante de
alguna manera había sido cómplice de las mismas infamias que denunciaba en ese
momento.
El
secretario Kruschev hizo silencio. La
pregunta a viva voz había conseguido callaros a todos.
—¿Quién
dijo eso?—preguntó luego, con firmeza.
No
hubo respuesta.
—¿Dónde
está el que hizo la pregunta?—volvió a preguntar,
estirando el cuello como buscando una mano levantada entre la multitud.
Rusia
no era ya la de Stalin, pero estaba lejos de ser un modelo de democracia o un
estado que pudiera garantizar la integridad de los que se oponían al régimen.
Los servicios secretos del soviet, que luego se convirtieron en la famosa KGB, seguían
siendo poderosos y temibles.
Nadie
contestó la pregunta de Nikita Kruschev.
Fue
entonces cuando el secretario del partido dio la respuesta genial a la incómoda
pregunta:
—Ya que
no te atreves a decirme dónde estás, voy a contestarte a tu pregunta de manear
que no te quede duda de mi respuesta. ¿Dónde estaba yo en aquellos días? Yo
estaba exactamente en el mismo lugar y en la misma posición en la que tú estas
ahora”
Ábrete al amor. Está
claro que el amor es una faceta fundamental para el ser humano y cuenta una fábula muy bonita sobre
la importancia que tiene el amor para sentirnos vivos y mantenernos con fuerza
para soportar las adversidades. Quizá demasiado romántico. Pero no diré como
los críticos furibundos a Bucay que dicen de él que es un ridículo optimista.
Deja fluir la risa. Es
evidente que un buen sentido del humor y sobre todo humor sobre uno mismo es un
antídoto muy eficaz para las crudezas de la vida. Pero para tener sentido del
humor hay que tener antes de nada inteligencia y por ahí quizás empiecen todos
los problemas.
Aumenta
tu capacidad de escuchar. Esto es fundamental. La gente no escucha. Solo
habla y habla. Si la naturaleza nos ha dado dos orejas y una
sola boca querrá decir algo. Es más importante escuchar, saber escuchar que
hablar, porque escuchando se aprende mucho aunque a veces se sufra por ello.
El resto
de consejos apuntados en el libro son:
Aprende
a aprender con humildad.
Sé
cordial siempre
Ordena
lo interno y lo externo.
Transfórmate
en un buen vendedor.
Elige buenas
compañías
Actualiza
sin prejuicios lo que sabes
Sé
creativo
Aprovecha
el tiempo
Evita
las adicciones y los apegos.
Corre
solamente los riesgos evaluados. En este punto me gustó la idea con la que
cierra este consejo: “ A veces hay que tirarse a la piscina sin
saber si hay agua o no, lo que es verdaderamente estúpido es lanzarse sin
saber siquiera si hay piscina”
Aprende
a negociar lo imprescindible. En este punto, el autor aporta ideas interesantes.
La palabra negociar se ha extralimitado y ha invadido muchos aspectos de
nuestras vidas que no debería. Es un término del mundo empresarial que no
debería aplicarse ni afectar a las
relaciones personales. En este sentido es mejor acordar y comprometerse que
negociar.
Iguala
sin competir.
No temas
al fracaso.
Vuelve a
empezar.
No dudes
del resultado final.
En
definitiva, un libro de lectura ágil que aporta, como casi cualquier libro,
algunas ideas interesantes.
FICHA
TÉCNICA
TÍTULO: 20 PASOS HACIA DELANTE
AUTOR: JORGE BUCAY
EDITORIAL: DEL NUEVO EXTREMO,
S.A., 2007
TERCERA EDICIÓN: DICIEMBRE 2012
PRECIO: 5,95€
ISBN: 978-84-9298-191-5
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