MORÍ POR LA BELLEZA DE EMILY DICKINSON


Morí por la belleza
Emily Dickinson

Este poemario, una pequeña antología de la autora norteamaricana Emily Dickinson (1830-1886) es  una selección breve, intensa y profunda   de 55  poemas de entre los más de 2000 que compuso y que tiempo después de su muerte han marcado nuevos caminos para la poesía moderna.
La poesía de Emily Dickinson es libre, sin conectores ni demasiadas reglas.  Interroga al amor, a la muerte y a la vida.   Es su lectura muchas veces melancólica y lo más interesante: sin previo aviso   sus poemas  te dan un zarpazo haciéndote abrir los ojos para mirar al mundo, como lo miraba ella, con otros ojos y otra mirada.
Una poesía que rezuma reflexión  y que se interroga acerca de  la vida mientras esta pasaba por la ventana del alma de poeta  de Emily Dickinson.




La primera vez que conocí algunos de sus poemas fue hace  varios años, cuatro, creo, en Baeza durante unas jornadas de trabajo para el profesorado. Entonces durante  uno de los descansos me percaté que una de las asistentes tenía un libro suyo y sentí curiosidad se lo pedí para ojearlo y  el primer poema que leí fue el que cito a continuación en segundo lugar.
Algunos de los poemas que más me han gustado son los siguientes:

Que tan solo hay Amor
es cuanto del Amor ahora sabemos;
Y eso basta, porque lo que se lleva
tiene que ser proporcionado al surco.
----
Lo que es el agua lo enseña la sed.
Lo que es la tierra el mar que hay que cruzar.
El júbilo lo enseña la amargura,
La paz lo que se cuenta de batallas,
El amor el mantillo de la tierra.
Solo la nieve dice qué es un pájaro.
----
No hay ninguna fragata como un libro
para llevarnos a lejanas tierras,
ni hay caballos mejores que una página
de piafante poesía.
Pueden hacer el viaje los más pobres,
no se pagan portazgos,
porque no necesita casi nada
la carroza que lleva al alma humana.
----
Vivir es más difícil,
y eso es lo que te ofrezco.
Morir no es casi nada, algo pasado,
pero vivir incluye
el morir muchas veces
sin tener al alivio de estar muerto.
----

Dicen que el tiempo cura,
pero el tiempo jamás cura de nada,
lo que duele de veras duele más
con la edad, como pasa a los tendones.
El tiempo es una prueba de inquietud,
pero nunca un remedio.
Y si es así demuestra
que el mal nunca existió.
----

¡Qué inútiles los vientos
Si a su puerto ha llegado el corazón!
¿De qué sirven los mapas y la brújula?
¡Remando al Paraíso!
¡Oh este mar! ¡Si pudiera
anclar en Ti esta noche!
                                                                                    ----


FICHA TÉCNICA
Editorial: Random house
Autora: Emily Dickinson
Colección Poesía Portátil
Traducción: Carlos Pujol
Selección poética: Andreu Jaume
Precio: 4,95 €
ISBN: 978-84-397-3361-4

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA AMISTAD SEGÚN SÓCRATES

Inicio del curso escolar: un poema de Gabriel Celaya como brújula

ILUSIONES ÓPTICAS Y COGNITIVAS. NUESTRO CEREBRO NOS ENGAÑA