LA INTELIGENCIA EJECUTIVA
Reseña
bibliográfica:
La
inteligencia ejecutiva.
Este libro de José Antonio Marina, ensayista infatigable
y del que siempre se aprende, es un ensayo ameno, clarificador y muy
instructivo para aplicar en el mundo
educativo y en el personal si se quiere.
La inteligencia
ejecutiva es un concepto de nueva
generación, algo
así como la inteligencia 3.0. Se
pasaría del clásico concepto de inteligencia general, complementada después por
la inteligencia emocional a una nueva inteligencia que se encargaría de tareas cruciales como la
de dirigir bien la acción, planear correctamente metas y proyectos, perseverar en ellos,
modificar las herramientas para alcanzarlos si es necesario, fijar la atención
y no desviarnos, inhibir la respuesta al estímulo inmediato. Pensar a largo
plazo y motivarnos para no abandonar.
Casi nada. De todo
eso se encarga la inteligencia ejecutiva y lo más importante es algo que se
puede trabajar para cimentarla y mejorarla. Un aspecto en el que
tradicionalmente en la educación no se ha insistido lo suficiente.
Esta inteligencia ejecutiva cuando fracasa, y
lo hace a menudo, es la responsable de que se tengan conductas impulsivas, agresividad no
controlada, consumo de drogas, procrastinación, pasividad, falta de constancia,
mala gestión del tiempo, obsesiones, rigidez en el pensamiento entre otras
cuestiones. Precisamente esta enumeración de aspectos indeseables nos dan las
pautas para que en el ámbito educativo trabajemos con nuestros "alumhijos"
término usado por el autor para referirse a nuestros alumnos y a nuestros
hijos.
Por tanto, con la
inteligencia ejecutiva se pasaría del clásico cociente intelectual CI que
mediría una inteligencia general sin más, y del cociente emocional C.E propuesto por Daniel Goleman, al CEj. El cociente
ejecutivo, que permite ampliar el mundo de la inteligencia no solo a
la capacidad de cálculo y análisis y gestión de las emociones sino a aquella
que nos permite regular y canalizar
todas nuestras habilidades cognitivas.
Sería esta inteligencia ejecutiva la que nos dirige y ayuda a diseñar un plan para conseguir unos objetivos. A perseverar en él. A evaluarlo y cambiar de estrategias
si los resultados así lo aconsejan (metacognición). A no darse por derrotado. A
motivarse no solo al inicio sino durante todo el proceso. En definitiva,
inteligencia en acción.
La idea básica es
la siguiente: nuestra inteligencia tiene dos compartimentos. Uno inferior,
llamado inteligencia generadora o computacional que siempre está "bullendo"
lanzando ocurrencias, deseos y sentimientos. De naturaleza claramente
inconsciente y otra ya consciente
llamada ejecutiva que se encarga de analizar, filtrar y procesar todo esto y
dar forma a todo lo anterior. Puliendo las ideas.
Porqué
es tan importante la inteligencia ejecutiva en Educación.
En el mundo
educativo se ha insistido siempre en el conocimiento. La educación sería
fundamentalmente transmitir conocimientos, cuantos más mejor a los alumnos.
Quedándose corto en otro aspecto aún más importante: el pasar a la acción. El
saber es el conocimiento puesto en acción.
Desde pequeños
tenemos que ir enseñando a manejar y
formar la inteligencia ejecutiva a nuestros "alumhijos". Cuando
son bebés la mamá es la que hace de lóbulo frontal al pequeño. (En los lóbulos
frontales es donde se asienta la inteligencia ejecutiva. La capacidad de
inhibir el impulso. Dirigir la atención. Planificación de metas, flexibilidad,
control emocional, manejar los conocimientos que se tienen. Frenar las
distracciones, mantener la atención y fijar el objetivo entre otras cosas).
Poco a poco el pequeño va afianzado esa capacidad y en este proceso es clave el
habla interior. Primero es el lenguaje de los padres explicando y haciendo
cumplir las normas que después se
interiorizan y de esa manera después se continua con el habla interior. La
voz, por así decirlo, de nuestra conciencia que es la que nos guía.
Por tanto el
lenguaje toma un papel fundamental. El lenguaje es lo que convierte lo
inconsciente en consciente por eso Freud decía que lo que enferma al paciente
es el silencio.
¿Cómo voy a saber
lo que pienso si aún no lo he dicho?
La inteligencia
ejecutiva caería dentro de un planco consciente, voluntario mientras que la
generadora seria involuntaria, pero este flujo se da en los dos sentidos. En
otras palabras, se puede educar al inconsciente y así lograr una inteligencia
generadora dócil que acostumbramos a trabajar para nuestro servicio, interiorizando
hábitos, creando automatismos que nos liberen para así tener más recursos para llegar
más lejos. En el libro se cita una frase de un filósofo: "No me fiaría de
un conductor que no pudiera hablar mientras conduce". Este paso es el que
nos libera más memoria de trabajo y nos permite llegar a cotas más altas en la
ejecución de nuestras tareas.
Y para concluir en
el libro se relaciona la inteligencia ejecutiva con algunos aspectos que ya,
desde los griegos, se sabían fundamentales: fortaleza, templanza, justicia y
prudencia, las cuatro virtudes clásicas que entroncarían con la magnanimidad
(capacidad de enfrentarse a proyectos arduos), la resiliencia (capacidad de
soportar reveses y la frustración), valentía, resistencia y determinación. Aspectos todos ellos muy útiles
para forjar el carácter de nuestros alumhijos y que nos dan pistas para guiar
el proceso de desarrollo de la inteligencia ejecutiva.
Cada capítulo termina
con un congreso virtual en el que se dan cita los más reputados
neurocientíficos y psicólogos y un taller en el que un becario resume lo dicho
mediante un tuit. Ya saben 140 caracteres...
FICHA
TÉCNICA:
TÍTULO: LA INTELIGENCIA EJECUTIVA
AUTOR: JOSÉ ANTONIO MARINA
GÉNERO: ENSAYO. EDUCACIÓN
Páginas: 196
EDITORIAL: ARIEL. PRIMERA EDICIÓN MAYO 2012
COLECCIÓN: BIBLIOTECA UNIVERSIDAD DE PADRES.
PRECIO: 16 €
ISBN: 9788434400672
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