HEIDEGGER Y UN HIPOPÓTAMO VAN AL CIELO

HEIDEGGER Y UN HIPOPÓTAMO VAN AL CIELO
Este libro es el tercero que he leído (seguidos) de los filósofos Thomas Cathcart y Daniel Klein y continua, como en los anteriores: "Platón y un ornitorrinco entran en un bar" y "Aristóteles y un armadillo van a la capital" la estela de una interesante mezcla de filosofía y humor.  Hay que aclarar que el enfoque que se le  da a la muerte en este libro no es la de nuestros seres queridos. Habla directamente de la muerte de uno mismo. Cuando uno lee lo que dicen los filósofos y cree que ha entendido algo  no tiene más que leer la explicación adaptada (traducida al común mortal) para comprobar   que lo que uno creía haber entendido tiene poco que ver con lo que de verdad quería decir el filósofo. Eso sí   una vez entendido parecen siempre  interesantes esas ideas aunque no se compartan. El  tema central del libro es la muerte (y por tanto, la vida). Tomada la cosa con mucho humor  propósito que consigue. Después de  esta lectura se ven mucho más difuminados los trágicos aspectos que rodean a la muerte. Aunque es cierto que, en mi opinión y al menos en mi caso, me es más fácil afrontar mi propia muerte que la de los seres queridos  que me rodean o que aprecio, pero  puede ser un buen punto de partida. De todos modos debe de tener razón Epicuro cuando decía algo así como: "No te preocupes por la muerte porque cuando eres ella no aparece y cuando viene tú ya no estás"

Portada del libro

Comienza el libro aportando el punto de vista de algunos filósofos existencialistas: Kierkegaarad, Sartre, Heidegger y otros. El existencialismo es una corriente filosófica (no demasiado estructurada) que se ocupa del significado de la vida y la libertad  y responsabilidad individual entre otras cuestiones.  Soren  Kierkegaard  postula que el ser humano el hecho de ser consciente de su propia muerte le produce una terrible angustia que está en el origen de cualquier miedo. Y que el camino  para superar ese miedo  es  precisamente llegar al final y traspasarlo. Alcanzar la muerte. Sin llegar a este extremo último propone que vivamos con plenitud una vez que asumamos nuestra triste condición mortal sin demasiado apego a la vida de aquí... Freud opinaba que las religiones y los dioses no son más que un remedio cultural para engañarnos a nosotros mismos de ese visceral miedo a la muerte.  Una cosa interesante del existencialismo es que importa más el hacer que el ser. Como dice Sarte: "El hombre no es otra cosa   que lo que hace de sí mismo" Otras maneras de superar la angustia vital a la muerte (valga el oxímoron) sería el no parar de realizar cosas, intentar trascendernos a nosotros mismos a través del arte u otras cosas que nos hagan pervivir en la mente de los demás.
Después se abordan diferentes puntos de vistas existencialistas siempre intercalando chistes que ilustran muy bien lo que se está explicando. Y citas de Woody Allen realmente ingeniosas como "Yo no quiero vivir en los corazones de los demás yo quiero vivir en mi apartamento".
 A continuación se habla no de la muerte sino de la eternidad y comienza  con un repaso al concepto de alma cuyo padrino indiscutible es Platón.  Se comenta  la imaginería celestial cristiana y como ven el cielo otras religiones (este pasaje del libro es divertidísimo).  Hay que ver cómo nos hemos representando la vida en el cielo llena de ángeles alados y algodonosos, cimas montañosas y prados verdes bajo un cielo azul en el arte pictórico, en el cine...
También se habla de las experiencias de la gente que has estado con un pie y medio en el otro lado y que ha vuelto con nosotros. La luz al final del túnel y también habla de los mediums y espiritistas que por unas pocas monedas nos pueden hacer hablar con nuestros muertos.
Termina el libro  con el desafío a la muerte que ofrecen la biotecnología con la clonación y la creación de órganos tanto artificiales como naturales.  No esa inmortalidad lograda a base de construirnos monumentos en las plazas de los pueblos y ciudades o poniendo nuestros nombres a placas de museos o edificios importantes.  La biotecnología nos plantea cuestiones muy interesantes: si se llegara a alcanzar la posibilidad de la inmortalidad ¿todo el mundo tendría derecho a ella? ¿O sólo los que pudieran pagársela? Si todos fuéramos inmortales puesto que los recursos del planeta son limitados ¿habría que poner fin a los nacimientos? ¿es esto deseable? ¿sería bueno un mundo lleno de gente inmortal muy resabiada y con los colmillos retorcidos, un tanto hastiados de vivir, sin demasiada ilusión y ganas de hacer cosas nuevas?
En la   página 224  se da una opinión sobre el tipo de respuesta que podría darse
"Si llegara hasta nosotros un mensajero con la oferta de que se puede derrotar a la muerte, pero con la condición ineludible de que deben cesar los nacimientos; si a la generación actual le dieran oportunidad de vivir para siempre, pero teniendo muy claro que nunca iba a haber allí ni un solo niño ni un joven ni un primer amor ni nunca jamás nuevas personas con nuevas esperanzas, nuevas ideas, nuevos logros; nosotros para siempre y nunca nadie más ¿podía haber alguna duda sobre la respuesta?"
 y en una vuelta de tuerca aparece la cibernética y la posibilidad en un futuro de trasladar nuestra mente, nuestro cerebro a un robot para que sigamos siendo ese yo. Descargar toda la información de nuestros circuitos neuronales a unos chips.  Aunque claro esto plantea serias duda  pero quien sabe...
El libro termina con un chiste en que los dos protagonistas son los que aparecen en el título. Una manera muy buena para terminar con un buen sabor de boca y una sonrisa entre los labios un libro sobre la vida y la muerte. Haya cielo o no. ¿Qué más da?
Ficha técnica

Título: Heidegger y un hipopótamo van al cielo.
Subtítulo: La vida, la muerte y el más allá estudiados con filosofía y mucho humor.
Autores. Thomas Cathcart y Danniel Klein.
Género: Divulgación filosófica
Año publicación: por Editorial Planeta 2012. Colección de bolsillo. Booquet.
Precio: 7,95€
Páginas: 272

ISBN:978-84-08-00508-7

Comentarios

  1. Gracias por la recomendación.
    Un saludo.

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  2. Gracias por la recomendación.
    Un saludo.

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  3. No te excedas con las lecturas filosóficas. Puede ser peligroso por muy interesantes que sean. Que sin duda lo son.

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  4. No te excedas con las lecturas filosóficas. Puede ser peligroso por muy interesantes que sean. Que sin duda lo son.

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