Lo que Charles Darwin no supo


Lo que Charles Darwin no supo. Interrogantes en la historia de la Ciencia y el neodarwinismo

Una de las más valiosas aportaciones al mundo de la Ciencia de todos los tiempos fue  la obra de Charles Darwin. Su colosal libro "El origen de las especies por medio de la selección natural" aun,  hoy día, sigue digiriéndose e intentado aplicar a muchísimos campos del conocimiento. En su obra se encierran algunas lagunas  pero que sería injusto reprochárselas más de 150 años después de su publicación.  Al repasar la historia de la Ciencia y concretamente la teoría de la Evolución queda una pregunta en el aire ¿Qué hubiera pasado si Darwin hubiera conocido los trabajos de Gregor Mendel, el padre de la genética? ¿Hasta dónde hubiera podido llevar su concepción de la evolución biológica?
Darwin propuso un sencillo paradigma capaz de explicar la diversidad de los seres vivos y su origen: variación, selección y reproducción. El que en todos los individuos de una misma especie hay diferencias es algo fácil de comprobar pero lo que no pudo explicar Darwin (acertadamente)  era como se transmitían esas variaciones de una generación a la siguiente.

Darwin sabía que en su teoría de la evolución había una laguna: ¿Cómo se transmitían las características de los individuos de una generación a otra? si hubiera conocido los trabajos del considerado padre de la genética, Gregor Mendel, publicados en 1867 lo hubiera comprendido muy bien y su teoría podría haberla hecho progresar aún más. Para explicar esta cuestión de la transmisión de los caracteres  recurrió erróneamente a la teoría de la pangénesis. Una teoría  que además, curiosamente se basaba en la teoríade evolucionista de Lamarck.  La pangénesis afirmaba que las células sexuales reciben de continuo información sobre lo que sucede en el cuerpo. A través del torrente sanguíneo se envían pequeñas partículas desde todas las partes del cuerpo hasta los espermatozoides o a los óvulos para actualizar la información hereditaria. Esta hipótesis explicaba el principio lamarckiano del uso y desuso de los órganos. Aquellos órganos que se usaran más enviarían más partículas a las células sexuales y así en los descendientes estos órganos estarían más desarrollados y a la inversa. Este planteamiento lo refutó con un experimento tan sencillo como cruel August Weisman. Cortó durante cien generaciones la cola a los ratones y siempre las nuevas generaciones nacían con la cola y la misma longitud.
Darwin murió en 1882 sin haber dado solución correcta a la transmisión de las caracteres de una generación a otra y sin conocer que el trabajo que tenía la respuesta estaba ocho años después de publicar su teoría.
 Gregor Mendel, un monje, publicó en 1867 un trabajo en el que explicó y cuantificó cómo se transmitían determinados caracteres en la planta del guisante (Las leyes de Mendel).   Llamó factores (genes) a unas entidades físicas responsables de determinadas características de la planta (tallo largo/corto; semilla lisa/rugosa; guisante verde o amarillo) que se trasmitían inmutables de generación en generación y que estos "factores" estaban situados en los cromosomas. Según que parejas de genes se recibieran (uno de cada progenitor) así se manifestaría en el individuo un carácter u otro.  Pero, desgraciadamente este trabajo pasó desapercibido para Darwin (y para la comunidad científica en general).

Gregor Mendel. 1822-1884 (Antigua república Checa) Considerado el padre de la Genética. 


 En 1900 se redescubrieron los trabajos de Mendel y se intentó unificar la teoría de Darwin de la selección natural con la teoría de la herencia de Mendel. Al principio no fue fácil. Los mendelianos decían que el motor de la evolución eran las mutaciones (cambios en los genes) y que transcurría a saltos. Los Darwinistas argüían que la variación continua era la fuente de la evolución y que la selección natural era el motor de la evolución. La  síntesis entre Mendel y Darwin se produjo entre 1920 y 1930  y se llamó Neodarwinismo.
Esta síntesis moderna se produjo en dos fases. Una primera que consisitió en darle base matemática a la biología evolutiva. Así surgió una nueva disciplina la " genética de poblaciones" que básicamente consiste en trabajar con números y cuantificar el efecto de la selección natural en las poblaciones. Este primer paso fue gracias a científicos como Fisher, Haldane y Sewall Wright.  Este primer paso ayudó a entender que la evolución podría definirse como cambios en la composición genética de las poblaciones de individuos a lo largo del tiempo y en poder utilizar las matemáticas como lenguaje para comprender la evolución.
La segunda fase se produjo en la década de 1930 y uno de sus principales responsables fue Theodosius Dobzanski (genetista ruso nacionalizado americano) que fusionó perfectamente las ideas de Mendel y Darwin. Tras sus estudios con la mosca de la fruta (Drosophila) demostró que cada población tiene una reserva de variación y que por ello la selección natural siempre está activa. La variación es la regla y no la excepción como afirmó Darwin. Las nuevas características no sólo surgen a través de las mutaciones sino sobre todo por el proceso de la recombinación de genes durante la formación de las células sexuales. Uno de los discípulos más importantes de Dobzanski es el español nacionalizado americano Francisco Ayala y del que hemos hablado en este blog también.
Nació en 1900 en Ucrania y falleció  en San Jacinto, California (EEUU) en 1975.  Suya es la famosa frase: "Nada tiene sentido en biología si no es a la luz de la evolución"

Termino esta entrada con un extracto tomado del  libro "La Herencia de Darwin" página 55 de Chris Buskes

"...Para poder explicar el desarrollo de la vida en nuestro planeta ya no es necesario que apelemos a un ser supremo o a otras causas milagrosas.  De este modo, Darwin cambió de forma fundamental nuestra visión sobre nosotros mismos y nuestro lugar en el universo...El establecimiento del nuevo paradigma de la evolución marca un hito indeleble e irreversible en la historia de la ciencia..."

Este párrafo da para hablar mucho y en cuanto termine con mi seminario sobre los pecados capitales, ahondaremos en él.
Un saludo y hasta la próxima entrada. Dejen, por favor, algún comentario.

Comentarios

  1. En lo que a estos temas se refiere ,yo solo puedo decir que me resultan muy interesantes y estoy aprendiendo mucho. Respecto a lo de hoy,en concreto,es algo que me hace pensar muchas veces aunque no sea científica.

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  2. Es un tema que da para pensar mucho. Darwin demostró que todas las especies biológicas descienden de una o unas pocas. Esto, naturalmente es aplicable a la especie humana. A finales de los años noventa del siglo pasado, la Iglesia Católica dijo que la teoría de la evolucion era correcta (Juan Pablo II) pero aunque el ser humano era un producto de la evolución, el alma es lo que lo hace único y diferente al resto de especies. Esto plantea numerosas preguntas ¿por qué nosotros, y no otras especies? ¿Es realmente el alma lo que nos hace humanos? ¿Qué es el alma? pero todo esto lo dejaremos más adelante cuando hablemos de Conciencia y evolución.

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  3. Efectivamente la teoría de Darwin marca un antes y un después en la historia de la ciencia y en cómo entendemos la vida humana en nuestro planeta y aunque en su momento levantó muchas ampollas en determinados sectores religiosos hoy en día es un hecho innegable, aceptado incluso por la máxima autoridad religiosa católica. Ahora mismo las nuevas tendencias de los neurocientíficos van encaminadas a establecer que mente y cerebro son la misma cosa y por ende se desdibuja el binomio alma-cuerpo, como entidades separadas. Por mi parte yo me uno a la idea de que el hombre es mucho más que la suma de sus partes. Éstas se pueden estudiar por separado pero lo verdaderamente fascinante en cómo la imbricación íntima de todas ellas da como resultado ese extraordinario ser. Yo no puedo responder a las preguntas que planteas pero sí opino que el hecho de que ahondemos en estos interrogantes por la vía de la ciencia y seamos capaces de entender y explicar todos estos procesos por un camino digamos objetivo no le resta nada de la belleza y el asombro que causa el contemplar la maravillosa y complejísima máquina que hemos llegado a ser.

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  4. Desde el punto de vista de la evolución, el logro más exitoso aparecido es nuestro neocortex cerebral. Una capa de neuronas verdaderamente sorprendente y prodigiosa capaz de dotar al ser humano de unas caraterísticas verdaderametne asombrosas. Pero en otras especes de primates no tan evolucionados podemos ver atisbos o incipientes comportamientos que consideramos humanos (formas de comunicación, comportamientos morales,etc) Esto hace pensar que este supuesto binomio alma-cuerpo no es más que el resultado de una excelente complejidad neuronal resultado de variabiidad, selección natural y reproducción diferencial. Ya sé que suena demasiado frío, demasiado descarnado quizás, pero ese algortimo puede ser más que suficiente para explicar todo.

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