Reseña bibliográfica: La aventura del tocador de señoras
La aventura del tocador de señoras es la tercera entrega de las disparatadas aventuras de un peculiar personaje que ha pasado mucho tiempo ingresado en un psiquiátrico en los alrededores de Barcelona. Este personaje cuyo nombre es un misterio es un buscavidas, una especie de pícaro de la época moderna que en esta ocasión, tras abandonar definitivamente el psiquiátrico donde ha estado recluido mucho tiempo, regenta una peluquería y se ve envuelto en un misterioso caso de asesinato en el que él mismo aparece como principal sospechoso. La trama sucede en Barcelona, y el protagonista vuelve a tener contacto con su hermana “Cándida” y con su más que conocido comisario “Flores”. Es un relato delirante, suelto y muy desenfadado, con un sentido del humor realmente excelente que no pocas veces arrancará la sonrisa y la carcajada al lector. Con algunos nombres desternillantes, como el Abogado Miscosillas, por poner un caso. Esto no es obstáculo para que de cuando en cuando el autor cambiando, brevemente el registro intercale algunas reflexiones agudas y profundas sobre la vida que al poner blanco sobre negro, hace que destaquen mucho más. También en esta novela, el autor critica con mucho mérito, pues la novela está escrita casi una década antes que el estallido de la crisis y la burbuja inmobiliaria, el crecimiento desaforado y falso de una sociedad, en este caso la catalana y haciendo una descripción de la clase política doblemente dura por lo mal parada que queda dicha clase y por lo acertada de su categorización.
La aventura del tocador de señoras era hasta 2001 la
tercera entrega de las aventuras de ese habitual personaje del psiquiátrico
regentado por el doctor Sugrañes. Las dos anteriores novelas son “el misterio
de la cripta embrujada” 1979, de la que como me la he leído haré en breve otra
reseña y “El laberinto de las aceitunas”, 1982. Todas publicadas por Seix
Barral. Recientemente, Eduardo Mendoza en el 2010 ha publicado la cuarta
entrega de este peculiar investigador que encarna perfectamente al antihéroe “El enredo de la bolsa y la vida”. Si quieren una reseña
bibliográfica en condiciones de esta última novela, pueden visitar el blog
“materetmagister”. En este enlace tendrán una buena reseña.
En definitiva, humor, ironía y agudeza se entrelazan en
esta interesante, relajada y sobre todo divertida novela que sin duda ninguna
les entretendrá. Por cierto, y ya para terminar, concretamente en la página 231
del libro, el autor, sospecho que un ataque de ironía, explica que uno de los
personajes se ha ido a vivir a Jaén, declinando ofertas como París o Milán. He
de decirle a Eudardo Mendoza que esto
podría pasar por fina ironía en la época en la que escribió el libro,
pero que ya no. Que ya Jaén tiene tranvía y eso le ha hecho ganar muchos
puntos, por utilizar su terminología, nos sitúa un punto por encima de Milán y
un punto por debajo de París. Que no funcione el mencionado tranvía, después de
montar toda su costosísimas instalaciones y comprar los vagones y haber
empleado más de 100 millones de euros es otro cantar, pero que sin duda y
desgraciadamente deja mejor parado al
político que aparece como alcalde y
candidato a la alcaldía de Barcelona en su novela que a los que nos toca sufrir
por estos lares…de carne y hueso aunque parezcan fantasmas con cargo, eso
siempre, a nuestro bolsillo.
Tampoco tiene desperdicio la reflexión sobre adaptación
evolutiva de la especie humana y sus misterios a cuenta de la pigmentación de
la palma de las manos de los negros.
Ficha técnica
Título: La aventura del tocador de señoras
Autor: Eduardo Mendoza
Editorial: Seix Barral. Biblioteca Breve
ISBN: 84-322-1090-0
Primera edición febrero 2001
Cuarta edición abril 2001
Páginas: 350
Ok Jmital. Tomamos nota del titulo de la obra. De este escritor ya he leído algo y desconocía -sinceramente- su particular y magistral ironía, a la hora de escribir... Gracias por la información...
ResponderEliminarCuando termines de leerte "Riña de gatos" me lo tienes que prestar. Coincido plenamente. De Eduardo Mendoza destaco su humor (fino y grueso) y su ironía. También la imaginativa pero esto, evidentemente es algo común en los escritores. Su humor e ironía no.
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