LA CRISIS DE DEUDA Y LA BARRA DEL BAR
LA CRISIS DE DEUDA Y LA BARRA DEL BAR
Un (mal) sueño sobre nuestra crisis económica (actual)
¡Caballero,
¡¡por favor!!, pague las cuentas de aquellos señores! Tenemos que cerrar ya.
Acodado en el final de la barra, con
mi botellín de agua, observaba al camarero su Ir y venir frenético atendiendo las rebosantes mesas de alrededor.
La clientela exhibía gustos exquisitos al pedir, a pesar de una apariencia
normalita. Gritaban <<¡Eh! Una de
langostinos de Huelva>> <<Falta el gazpacho de cerezas>>
<<¿Cuánto le queda al arroz con bogavantes?>>
Uno, juraría que lo más que pudieran
pedirse aquellos comensales sería una de calamares encebollados, pero a grito pelado
como en una suerte de competición con el resto de mesas sin nada que se le
pareciera a la palabra miedo pedían sus comandas sin pudor, y los camareros sonreían
complacientes alentándoles y alabándoles
sus refinados (y caros) gustos. Al
llegar el momento "de la cuenta" aquellos clientes antes rijosos y
desenfrenados, comenzaron a palidecer. El
alboroto se tornó en silencio.
Tras múltiples intentos de sacar dinero de sus
bolsillos sólo conseguían sacar los fondos de tela (vacíos) para volver a meterlos. Una y otra
vez, ante la cada vez más impaciente
espera de los camareros, viendo aquellos bolsillos, por más vueltas que le
diesen, vacios sin un céntimo. Mi sorpresa fue cuando, definitivamente, ante la
evidencia, dijeron que no podían pagar. Los camareros se dieron media
vuelta y al instante el dueño del bar, sin mostrar ningún signo de contrariedad,
salió a las mesas y dirigiéndose a todos los presentes dijo: (hubiéramos o no
pagado) <<no se preocupen, lo que aquí se debe lo abonaran entre todos. Creí estar en un sueño. Me pellizqué la oreja
para comprobar si estaba despierto o soñando. Abrí los ojos y no, no estaba
soñando. Las pérdidas de la banca, multimillonarias causadas por préstamos
hipotecarios desmedidos concedidos sin control a todo aquel que quisiera iban a recuperarse pagando a escote todo el
mundo, a través del Estado ¿Increíble no? Una mutualización de la deuda. Todos
por igual. Sólo que unos pedimos agua y otros los que le dio la gana. Pudieran
o no pudieran.
<<Los calamares encebollados
que se los coma tu perro>> decían algunos de aquellos clientes despechados antes de que
despertara de tan extraño como real sueño.
Es seguro que este sueño puede ser matizado, corregido y mejorado, y que incluso hasta sea bueno que se pague todas esas exorbitantes cuentas, con la amenaza de que hasta podrían cerrarse los bares (por seguir con el sueño) y claro, por ahí sí que no...
Hagan comentarios y buen verano.
Lo que pasa Jmital es que el sueño continuaría de la siguiente manera: Los que pidieron arroz con bogavante, gazpacho de cerezas, langostas y demás soplapolleces, cogieron rapidamente sus veloces deportivos y se marcharon del bar sin tiempo para tomarle la matricula. Aquel de la esquina que tenía su botellica de agua, tenía un coche de 2ª mano reparándolo en el taller y por lo tanto, el pobre paria tuvo que pagar todas las costosas consumiciones de los demás, durante los próximos 10 o 15 años... Eso sí... el bar no me lo cierres eh!!!!!!!!!!! Un brasso...
ResponderEliminarEl otro día leí, en un anuario estadísitico (de una caja de ahorros) que España es el país de la unión europea que más bares tiene por habitante. Concretamente uno por cada 103. Quiero decir, que un bar por cada 103 habitantes, que a lo mejor alguno de fuera de nuestras fronteras pensaría que sería al contrario...
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